Rutinas: el lado positivo de volver a tenerlas.
Se acerca la vuelta al trabajo, al cole, y la vorágine del día a día. Pronto diremos adiós a las vacaciones, pero… ¿y si miramos el lado bueno de volver a las rutinas?
Todos hemos oído que las rutinas son buenas, y aunque nos encanta romper con ellas y salirnos de lo habitual… … cuando llevas unas semanas sin horarios…. ¡hasta nos llama volver a ellas (no hablemos de las familias con niños, con dos meses de vacaciones escolares… en esos casos, queremos las rutinas incluso antes)
¿Por qué tenemos la sensación de querer volver a la rutina?
Esta sensación nos fastidia bastante, todo el año queriendo vacaciones y romper con ellas, para cuando porfin estamos libres… ¡queremos un orden!
Y es que las rutinas nos proporcionan una sensación de estabilidad, de previsibilidad ante lo que va a pasar en el día y por tanto, mantiene la incertidumbre a raya.
La incertidumbre la manejamos regular los adultos, pero en niños es insostenible, por lo que las rutinas se convierten en la mejor aliada para evitar desbordes emocionales y por tanto más de un conflicto. Después de mes y medio de vacaciones… va apeteciendo que se establezcan horarios de nuevo, ¿verdad?
Solemos ser más eficientes, y sentirnos más productivos, al tener horarios establecidos que nos permita organizar y prever las actividades del día.
Descansamos mejor, ¿por qué? Porque la rutina ayuda a los ciclos de sueño – vigilia y por tanto descansaremos mejor. Nosotros y los niños, cuantas veces nos les llega la hora y se les caen los ojos…
Habitualmente, incluimos en nuestras rutinas deporte, ayudando a nuestros hábitos saludables. En vacaciones solemos saltarnos esto en pro de unos días más ligeros y de descanso, que todos merecemos, pero que cuando retomamos, nos sentimos más activos y felices, con la producción de endorfinas que genera el deporte.
Incluso nos ayuda en la concentración, pues una rutina establecida y estructurada puede eliminar distracciones, y nos permite focalizar la atención en tareas específicas.
Con esto, venimos a deciros, que no es tan malo retomar las rutinas, e irlas introduciendo progresivamente un poco antes de volver, siempre ayuda a que no nos cueste tanto comenzar.
Lo importante, hacernos a lo que toca en cada momento es la mejor forma de sentirse tranquilo y más feliz, sin rutinas… sin rutinas, hay que volver a ellas… pues volvemos a ellas.
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