¿Nado libre o clases con monitor?

A veces, elegimos para hacer natación, venir por libre, sin un monitor que guíe nuestro entrenamiento, ¿en qué situaciones? Quizá sea porque no nos gusta que nadie nos mande o nos corrija; porque no queremos una clase de técnica, sino un entrenamiento o porque el médico nos ha recomendado la natación para la recuperación de una lesión para lo que deberemos tener en cuenta algunos puntos. Sea cual sea tu motivo para elegir esta modalidad, esta bien, siempre que tengas en cuenta algunas cosas. ¡Te contamos!

Es importante saber que la natación, a pesar de ser uno de los deportes más completos, puede ser uno de los deportes que más nos castigue; ya que si hacemos una mala práctica podemos provocar una lesión que no teníamos o podemos cansar al cuerpo más de lo necesario sin conseguir los resultados que queremos.

A la hora de nadar por libre debemos tener en cuenta varios factores. El primero es saber nadar, por muy obvio que parezca, no todos sabemos nadar correctamente o para aguantar la distancia de la piscina sin un suelo que pisar.

Una de las cosas que nos hacen decidirnos por nado libre es asociar ‘clase de natación’ a ‘aprendizaje’, y nos hace huir de las ventajas que nos proporciona la clase. Cuando uno sabe nadar y tiene la técnica adquirida, puede practicar resistencia, tiempos… en definitiva la práctica de deporte, pero a tu nivel.

Si el motivo de hacer nado libre es por recomendación médica, debemos recordaros que se desaconseja por completo la práctica sin supervisión. En este caso, disponemos de dos opciones sesiones de hidroterapia y clases de natación.

• Las sesiones de hidroterapia, impartidas por fisioterapeutas estarán dirigidas a la lesión o dolencia, a la recuperación; incluso como paso intermedio hacia la clase de natación.
• En las clases, podremos recibir los beneficios de la natación y dirigir la práctica de nuestro deporte evitando los ejercicios que puedan perjudicar a cualquier lesión, o ir subiendo la intensidad sin hacernos daño.

Algo muy común es elegir la práctica de natación por libre cuando queremos hacer algo de deporte, pero no nos convence la idea de ir en grupo con más gente, o que nos planifiquen el entrenamiento. En estos casos, lo importante es mantener la motivación, que, en muchas ocasiones al no ver avances, o no tener variedad de recursos, nos flaquean las ganas y tendemos a dejar la práctica del ejercicio.

Cuando los horarios de trabajo son los que marcan y dictan el tiempo libre que podemos dedicarnos a nosotros mismos, hablamos de elegir un centro que nos de un abanico de posibilidades. Pues la pérdida de clases o de baños en un bono contribuirá a la desmotivación que antes mencionábamos.

Ahora, sabiendo todo esto, evaluando tu disponibilidad, tu nivel, tus preferencias y el centro… ¿Qué decides? ¿Natación libre o clases dirigidas?

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