La natación y la ansiedad

Todos sabemos que hacer deporte en general y natación en particular, es una forma de mantener el bienestar físico y emocional, o al menos ayudar a su buen estado.

En estos tiempos que corren, en los que físicamente tenemos que cuidarnos, tenemos un nivel de estrés y de ansiedad excesivo, así que vamos a poner sobre la mesa los beneficios emocionales de la natación.

En cualquier tipo de relajación, lo primero será tener una respiración consciente o trabajar la respiración consciente, que nos obligue a parar, a sentarnos y sentirnos, coger aire que llene nuestros pulmones, algo que creará una mejor oxigenación, una mayor eliminación de toxinas, mantendremos la resistencia de nuestros pulmones trabajando un poquito cada día, aumentaremos el nivel de concentración, notaremos la relajación de los músculos…

Por consiguiente, cuando en natación nos encontramos con que la respiración es diferente a la que tenemos instaurada por defecto, necesitamos concentrarnos en ella, estar totalmente dedicados a la tarea.  Esto nos lleva a trabajar la respiración consciente.

Solo con esto estarás entrenando a tu mente para ser capaz de concentrarse en una sola cosa, herramienta que podrás aplicar a tu vida diaria después en momentos de estrés o ansiedad.

Hablemos ahora a nivel físico, qué sucede dentro de nuestro cuerpo que se puede ver reflejado a nivel emocional.

La temperatura del agua funciona como relajante. Cuando estamos en constante alerta por el estrés o la ansiedad y por ello muy cansados, la natación es el deporte que nos proporciona el efecto tranquilizador que necesitamos.

Cuando hacemos deporte, aumenta la circulación, por consiguiente, el flujo de sangre al cerebro, esto se traduce a un beneficio en las funciones cognitivas (aprendizaje, memoria, organización, planificación, lenguaje…).

Veamos a nivel químico, ¿qué genera nuestro organismo? Durante el ejercicio el cerebro produce / libera sustancias químicas (neuro trasnsmisores) y estas tienen diferentes funciones…

Las hormonas y neuro transmisores que nuestro cuerpo produce tienen variadas funciones y se centran en mantener un equilibrio óptimo en nuestro cuerpo. De ahí que sea tan beneficioso hacer un deporte acuático ya que ayuda al cuerpo al proceso de reequilibrarse, que se ha visto afectado debido al estrés.

Otras, las llamadas “Hormonas de la felicidad” que nuestro cuerpo genera de manera autónoma con ciertas actividades, como el deporte, consiguen efectos como una disminución de cortisol (que como otras hormonas cumple una función, la dificultad surge cuando debido al estrés los niveles son más altos de lo adecuado, – se produce el desequilibrio – y afecta al correcto funcionamiento de todo el sistema), disminuye la ansiedad, aparece la sensación de euforia y la sensación placentera de un trabajo hecho y finalizado, que aparece al acabar el entrenamiento.

Puede incluso, llegar a generar un efecto adictivo como si de una droga se tratara, al producir esa sensación de euforia como refuerzo a una conducta, que nos ayudará a repetirla.

Hagamos recuento, respiración consciente, mejor circulación, concentración, hormonas de beneficio positivo y ya estamos disminuyendo nuestro estrés y nuestra ansiedad. Sin apuntar el bienestar físico que produce la natación. Hacer deporte regularmente te dará la dosis de felicidad hormonal de una forma sana.

Según qué edad, o qué situación, podremos añadir un refuerzo a nuestra autoestima, y al autocuidado, incluso una mejora notable en procesos de rehabilitación o aceptación de enfermedades.

Si tenías alguna duda de porqué practicar natación, esto nos deja claro que ante este estado permanente de alerta en el que actualmente vivimos, la natación es y será una fuente de bienestar.

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