El Betis Baloncesto silencia El Plantío con una rotunda exhibición (69-91)
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En Burgos , la ciudad que sólo le había dejado sinsabores esta temporada, tras sus sendos desplomes en la Copa de España y contra el San Pablo, el Real Betis Baloncesto rubricó este viernes una victoria incontestable. Por rotunda y maciza. Por su fabuloso inicio y su contundente final. Porque tuvo solistas (Hughes, Benite...) pero fue, sobre todo, coral. Porque el equipo fue rock&roll en anotación pero también un muro en defensa. Ganó por derribó . Salió con el turbo puesto, apenas se concedió desconexiones y, al mínimo titubeo en el tercer cuarto, cuando menos cómodo se sintió y se temió por la resurrección del Tizona Burgos, respondió aplicando el rodillo y silenciando El Plantío . El posible ensayo para su eliminatoria de cuartos de final del play off le salió que ni pintado al Betis Baloncesto, que se coloca con 21 victorias, y provisionalmente tercero a la espera de lo que haga el Flexicar Fuenlabrada este fin de semana (visita este sábado al Odilo Cartagena), antes de recibir la próxima jornada al Movistar Estudiantes. Salvo por una pérdida de Hughes , la puesta en escena del equipo verdiblanco fue impecable, impoluta. Sólido en defensa, provocó dos pérdidas del Tizona, impidió que su rival corriera y acertó dos triples, de Benite y Hughes, que elevaron hasta el 0-10 el parcial obligando al tiempo muerto de Salva Camps. La reacción burgalesa no se hizo esperar con un 5-0 (5-10) metiéndole al partido la guindilla de la velocidad y el intercambio de canastas. Una dinámica peligrosa. Así juega el Tizona, a nadie le sorprendía. Su baloncesto es de muy alto régimen y el del Betis, más diésel . Tenía, sin embargo, la lección aprendida. Su circulación de balón fue fantástica, buscando el pase extra, y Hughes anotaba de tres en tres. Hasta los 14 se disparó el Betis (9-23, con 14 puntos del norteamericano) tras robo, pase y canasta, transición canónica. Cvetkovic volvía a pista tras dos partidos de baja, Dallo debutaba y del rebote no se desentendían los verdiblancos para evitar segundas opciones. De nueve (16-25), tras triple de Simeunovic, se imponía el Betis al primer toque de campana. Renfroe, Dallo, Benite, Radoncic y Kasibaku arrancaron en el quinteto del segundo cuarto. Relegado a la tercera rotación de pívot, el congoleño se estrenó con un dos más uno (16-28) y los tres perimetrales se alternaban en la subida de balón, quizá obligados por la defensa, cada vez alta, de los burgaleses. Renfroe colocaba el 16-30 con el partido sumido en la anarquía que provoca ese frenesí sin pausa del Tizona . Pase y tiro, pase y tiro, esta era su secuencia. Su baloncesto. Y es tan difícil no contagiarse que el Betis lo hizo. El Tizona castigó sus errores y Caio Pacheco se explayó a campo abierto alimentando a sus compañeros (22-30). Gonzalo lo detuvo porque el duelo se adentró en una fase que para nada le interesaba. Benite bajó el suflé burgalés con un dos más uno de pura clase (22-33); Hughes, letal, ponía sordina a la rebelión local (22-35); y DeBisschop , estupendo en la continuación, convertía en asistencia un pase Renfroe (26-37). En el ida y vuelta esperado no se amedrentaba el Betis. Todo lo contrario, pero el partido no tenía freno y obligaba a ser de lo más clínico en el tiro. Era fácil que degenerase en correcalles. Con 29-37, dos ataques posicionales exquisitos del Betis: pase picado de Renfroe para DeBisschop y triple en la esquina de Suárez (29-42). Entonces apareció Parrado con dos triples (35-42) para encender de nuevo la mecha burgalesa en los estertores del primer tiempo. Dominaba el invitado liderado por un Hughes superlativo (18 puntos) . Había sido superior, pero sobrevolaba la sensación de que tendría que hacer un trabajo igual de fino e incluso mejor en la segunda parte porque esos nueve de renta (37-46) podían reducirse a la nada en tres jugadas teniendo en cuenta el ritmo infernal del Tizona. Tres triples errados por el Betis Baloncesto al inicio del segundo periodo apretaron el partido (44-48). La defensa del Tizona había cambiado y la frecuencia de acierto del conjunto verdiblanco se desplomó. Al menos forzaba tiros libres, pero granito a granito estaba condenado a pasarlo mal. Hughes, con su cuarto triple, aflojaba el nudo de la corbata (46-53) , pero los burgaleses habían ya conectado el tubo a la canasta y eso era un problema (51-56). Vivía el Betis de las rentas, había perdido cierta energía defensiva y se sentía más incómodo, pero tiró de fondo de armario y pronto se enchufó de nuevo apretando la línea de pase, recuperando y cerrando el rebote . Un trabajo en el que se involucraron Rubén López de la Torre, Tunde, Radoncic o Benite, autor de un triple clave al que le siguieron dos tiros libres de Radoncic, objeto de falta en la misma jugada (51-63). Dos jugadas que noquearon al Tizona. Hughes y Tunde completaron un parcial de 2-10 que, con diez minutos por delante, dejaban al Betis Baloncesto en un escenario de lo más confortable (53-68). En la antesala de una nueva victoria en la carretera. En gestionar una ventaja así, el equipo de García de Vitoria es de lo más experto y en El Plantío no decepcionaría. Tunde y Rubén López de la Torre, este tras fallo estrepitoso de Thiam bajo el aro, firmaban dos mates que quebraban casi definitivamente el partido con casi siete minutos y medio aún por disputarse. La puntilla la puso Hughes con un triple estratosférico (58-79) y a partir de ahí ya no hubo más partido, que lo había dinamitado el conjunto verdiblanco, excelso (58-82), inabordable. Con medio cuarto por jugarse, Hughes enfiló la silla de cambios con 29 puntos en su casillero . El Betis jugaba a placer, Benite siguió enchufando (63-88, máxima diferencia), López de la Torre recibió la felicitación de sus compañeros y Dallo (tres rebotes y una asistencia en su debut con de verdiblanco) jugó los últimos minutos como base para que se fuera integrando en un equipo imperial que enmudeció El Plantío con una soberbia actuación.