¿Nace una dinastía en el baloncesto femenino?
No fue fácil. Y no lo será. Calidad tiene; un proyecto, también; y ni qué decir de sus sueños. El equipo Abogadas-Seminario cuenta con los ingredientes para dominar el baloncesto nacional, aunque de momento solo busca festejar el muy trabajado bicampeonato conquistado esta semana ante CBA-Physical Care.
El primer juego de la final se inclinó a favor de las seminaristas con un marcador de 66-45. Daniela Quesada y Amani Tatum, de Abogadas-Seminario, se llevaron los reflectores del encuentro.
En el segundo partido, la competencia fue mayor. CBA quería defender su casa y forzar un tercer juego, como lo reflejó el marcador al término de la primera mitad, con una ventaja de 8 puntos (35-27) y la balanza anímica a su favor.
La estadounidense Laura Gutiérrez sumó 16 puntos en la primera mitad y, con un triple acompañado de falta para el tiro libre adicional al cierre del segundo cuarto, dejó claro que Seminario aún no lograba frenarla.
Durante el entretiempo, llegó el momento de realizar ajustes defensivos para Abogadas-Seminario.”Nosotros ya sabíamos a lo que íbamos. Sabíamos que este sería el partido más difícil del año por el ADN del equipo contrario. Es un equipo con hambre, ganador, fresco, y con un cuerpo técnico que entiende el juego”, comentó Pablo Martínez, entrenador de Abogadas-Seminario.
“La charla en el medio tiempo fue, en parte, un buen jalón de orejas para las jugadoras, porque me parece que hubo cosas que planificamos y entrenamos que en momentos del partido no se ejecutaron. Pero también fue un llamado a la calma. Quedaban 20 minutos y, si hacíamos los ajustes, íbamos a ganar el juego”, agregó.
La estrategia del entrenador funcionó. Lograron limitar a su rival a solo 2 puntos en todo el tercer cuarto, recuperando la diferencia y consiguiendo una ventaja de 5 puntos al finalizar ese periodo.
El cierre del partido recuperó la intensidad del inicio. Sin embargo, pese a todos los esfuerzos de CBA, su rival se impuso con un marcador de 54-58, logrando así la segunda victoria de la serie y coronándose bicampeonas del baloncesto femenino costarricense.
Laura Gutiérrez terminó el encuentro con 20 puntos, mientras que las seminaristas Gabriela Alvarado y Daniela Quesada lideraron la ofensiva de su equipo con 14 puntos cada una. Al final del partido, Quesada recibió el premio a la Jugadora Más Valiosa (MVP) de la final.
“Estoy bastante emocionada, muy contenta y feliz por todo lo que hicimos durante la temporada, porque al inicio nos costó muchísimo. Nos levantamos como equipo, y la verdad es que es fácil recibir un premio como este cuando tienes compañeras así. Las asistencias que me dieron hicieron que el trabajo fuera mucho más fácil. Así que, más que nada, diría que es un premio al esfuerzo colectivo”, expresó Quesada.
Abogadas-Seminario entra en la historia del baloncesto femenino costarricense como una dinastía en formación.”A todos los que estamos en esto creo que nos gusta dejar una huella en la historia del deporte nacional. Sé que ha habido equipos que han construido dinastías en el baloncesto femenino, pero nosotros queremos escribir una historia diferente”, comentó el técnico Pablo Martínez.
“Queremos hacer algo completamente distinto y ya estamos en ese camino. Lo que nos habíamos planteado a corto plazo, que era la obtención de estos títulos, lo hemos logrado, y ahora ya estamos trabajando de cara a la temporada 2025″, añadió.
A lo largo de la historia, varias franquicias han conseguido campeonatos consecutivos. Eagles - Basket Consultants (2021, 2022) y Coronado (2018, 2019, 2020) son los ejemplos más recientes.
Antes de ellos, la UNA logró un tetracampeonato entre 1972 y 1976, mientras que la UCR consiguió un bicampeonato en 1976 y 1977. En 1979 surgió la dinastía más grande del baloncesto femenino: LACSA (Líneas Aéreas Costarricenses), que acumuló 18 campeonatos, varios de manera consecutiva.
LACSA firmó su primer tricampeonato entre 1979 y 1981. Entre 1983 y 1990, logró ocho campeonatos consecutivos y, en 1995, reapareció con una racha de cinco títulos al hilo hasta el año 2000.
Con el cambio de siglo, surgieron los equipos de TACA de Costa Rica y Coronado. El primero consiguió cuatro campeonatos consecutivos entre 2004 y 2007, y luego Coro dominó hasta 2012. En 2013, Goicoechea destronó a Coronado, llevándose también el título del 2014.