¿Se heredan?

No lo creo. En respuesta al título de la columna no creo que las rivalidades se hereden ni debe ser así.

Hace unas semanas vimos en un mismo ring, aunque sin haber luchado, a Atlantis Jr. y al hijo del Villano III. Fue en la Arena México.

Los aficionados saben que Atlantis desenmascaró al Villano III, un resultado que dolió a muchos pero que sin embargo desafortunadamente así fue.

Al encontrarse Atlantis Jr. y el hijo del Villa III en la catedral de la lucha libre inmediatamente se trasladó del pasado al presente el resultado de la lucha de apuestas entre sus padres lo que generó entre los aficionados una posible rivalidad entre los hijos. Sin embargo creo que las rivalidades se generan sobre el cuadrilátero, dentro del ring, en el momento de la lucha, en esa competencia de demostrar quién es el mejor poniendo la máscara de por medio.

Hace ya algún tiempo debutó el hijo de Octagón y no por ello heredó la rivalidad de su padre con Fuerza Guerrera y que lo coloquemos de inmediato en el cuadrilátero con Juventud Guerrera.

Ambos tienen carreras totalmente diferentes, Juventud Guerrera tiene kilómetros de experiencia y el hijo de Octagón recién comenzó a foguearse en el rudo deporte de los costalazos.

O como sucedió con Cien Caras y el Rayo de Jalisco Jr. No porque los hijos de Carmelo Reyes –Sansón y Cuatrero- aparecieron ya desde hace tiempo en la escena de la lucha libre quiere decir que rivalicen con el hijo del Rayo de Jalisco Jr. La rivalidad de sus padres fue en su momento y quedó en el pasado.

No considero que las rivalidades de los padres se deben heredar de manera automática a los hijos. No debe ser así ni compartiendo un mismo ring ni estando los hijos en empresas diferentes.

Lo de Atlantis Jr. y el hijo del Villano III coincidió porque ambos están en el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) y se encontraron en la Arena México.

Nadie sabe si los dos se encontrarán más adelante en las mismas funciones de la seria y estable, en la Arena México o en el terreno independiente.

Y tampoco podemos decir que nunca van a tener una rivalidad pero si la llega a haber que sea porque ambos se encuentren sobre el ring, por que tengan esa hambre de demostrar quién de los dos es mejor y no porque sus padres apostaron la máscara en el pasado.

Los hijos que sí tuvieron una rivalidad y quienes sus padres llegaron a una lucha de apuestas fueron el hijo del Perro Aguayo y el hijo del Santo.

El Santo y el Perro Aguayo se enfrentaron máscara contra cabellera. El enmascarado de plata conservó la máscara rapando al can de Nochistlán.

El hijo del Perro Aguayo y el hijo del Santo también tuvieron una rivalidad en la Arena México pero no porque la hayan heredado sino porque el hijo del Perro Aguayo afirmó que la única leyenda era la del Perro Aguayo.

Aquí sí hubo una rivalidad, pero no heredada por sus padres, sino surgida en el centro del ring para demostrar quién era el mejor.

cuachara_luchagor@hotmail.com