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Un trapero amante de la halterofilia espanta a su cita con sus chistes

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Este miércoles, «First dates» llegaba con la intención de que nuevas personas desafortunadas en los métodos tradicionales de encontrar pareja pudieran tener una oportunidad distinta a las que habían probado hasta entonces. Por eso, cansado, Iván llego al programa. A sus 25 años se consideraba «romántico, cariñoso», y quería una chica afín. En el pasado, no había tenido buenas experiencias porque se involucraba demasiado en sus relaciones. First dates «Lo vivo con mucha intensidad y luego lo paso mal si termina. He tenido alguna relación a distancia y ha terminado mal. He llegado a ir a Polonia y para nada. Si no apuestas, no se sabe lo que hay», comentó este valiente técnico de radiodiagnóstico. La chica de sus sueños, físicamente, sería indeterminada, pero con unas aficiones claras: «que le guste el deporte» y, si pudiera también, cantar. Iván, de hecho, es aficionado al trap, un género que conoció cuando se lo mostró un amigo y al que se dedica como afición. «Me sale solo cuando estoy en casa o en la ducha», narró. De hecho, ha subido a internet algún que otro tema, pero desearía poder ir aumentando su discografía. De hecho, le pidió a Matías que hiciera una base musical con su boca para poder seguir el ritmo en una improvisación. Tras sorprender al equipo de «First dates», regresó al mundo del amor comentando que lo que quería era una «relación estable, que dure bastante». ¿Tendrá suerte con Belén? Esta dependienta, de orígenes andaluces, llevaba ya un tiempo viviendo en Madrid. A sus 20 años, se considera «muy sincera, no tengo filtro. Me encanta bailar y salir de fiesta. El reguetón lo bailo divinamente», comentó. Lo que no sabía era que le habían grabado la improvisación de su cita y se la reprodujeron desde un teléfono móvil. «Ay, voy a flipar... me encanta. ¡Qué me cante! ¡Vamos que si me va a cantar!», empezó a repetir ilusionada. «No se si es trap, rap, pero me ha impresionado. Es un detalle y me encantan», comentó a la cámara, antes de dirigirse a la mesa de Iván, al que le reclamó directamente que le cantara en ese momento. Algo avergonzado, Iván aceptó y le cantó «una romántica». Tras el número, comentó que «te cantaré más en privado, aquí me da cosa». «En verdad le ha gustado», reconoció. Poco a poco, fueron compartiendo algunas cosas de su vida. «Soy de Cádiz pero ahora vivo en Madrid», le reveló Belén. «Yo lo más cerca que he estado ha sido Sevilla. Me encanta el acento», comentó Iván al respecto, que preguntó que si su compañera de mesa se consideraba «salada», algo que contestó con un claro sí. «Soy super echada para adelante», reveló. Por eso, Iván intentó hacer una broma: «Pues iba a pedir un cuchillo para cortar el hielo, pero no hace falta porque ya estás tú». Pero parece que a la dependienta no la convenció: «Este chico no es para mí. No... no me llama la atención. Si lo veo un día por la calle no me fijaría porque no es mi tipo». Sin embargo, para Iván ya había flechazo: «Creo que le he gustado, estoy seguro. Me miraba mucho con su mirada y su sonrisa». Pero no era lo único que le gustaba a Iván de ella: «Me encanta tu acento, me parece hasta sexy. Al ser de otro sitio, como que no estamos acostumbrados», expuso sobre una cuestión que Belén había escuchado en más de una ocasión. Pero el festival del humor para Iván no había hecho nada más que empezar. «Hoy no sabía que ponerme y me puse contento». Tras un silencio incómodo de su pareja, Iván explicó que era cierto que no sabía que lucir en la cita. «¿Tú lo tenías pensado?», le lanzó a Belén que dejó claro que ella siempre vestía de negro. «¿Siempre siempre?» le reiteró el trapero, haciendo especial hincapié en su ropa de cama. «En ocasiones», le matizó entonces. «Me estoy fijando en tus ojos y son muy bonitos», continuó el madrileño intentando conquistar a su cita de «First dates». «Le he dicho algunos piropos para hacerla reír, que se sienta como en casa», le dijo. Ambos coincidían en el gusto por el deporte, pero lo que no se imaginaba era que Iván era aficionado a la halterofilia. «Creo que te podría coger a caballito», le comentó a su compañera de mesa. «No se, estoy fuerte de piernas», le comentó Belén. Pero Iván insistió, y llegó a preguntarle por su peso. «No me acuerdo», le contestó rápidamente una indignada andaluza. «Pero, chico, ¿cómo me vas a preguntar eso? No me lo tomo a mal, pero, ¿y si alguien se lo toma a mal? ¿Y cómo me vas a levantar tú a mí?». Sin duda, las posturas entre ambos parecían irreconciliables. Pero Iván no se daba cuenta. «Me veo haciendo planes en otra cita. Incluso irnos a la playa por la noche y pasear viendo las estrellas», dijo a la cámara de «First dates». Pero el gusto por las rubias del técnico volvió a indignar a la dependienta. «Pues vete con una rubia», le comentó antes de tomar la decisión final. Mientras que Iván volvería a tener un encuentro, Belén dijo que «como pareja no porque no es mi tipo de chico. Pero de amigos o para salir de fiesta, sin problemas». Sin embargo, el madrileño presumió de «amigos tengo muchos ya... entonces como amigos...», dejando caer que entonces no le interesaba, indirecta que cazó Belén al momento. Ojalá ambos puedan encontrar el amor en otro momento de sus vidas.
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