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Alcaraz, a por la última frontera: dominar la pista rápida bajo techo

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Con 22 años, Carlos Alcaraz ya ha sumado seis Grand Slams. Todavía dice que no se pude sentar en la mesa de los más grandes, pero va camino de ello. Por convicción, por talento y por trabajo. Es el número 1 de 2025 en un salto de calidad con respecto a su primera vez en el trono de la ATP, aquel 2022 con todo por descubrir y todo por experimentar. Este año ha pasado por muchas situaciones que ha manejado con acierto, ni creerse invencible en victorias tan impresionantes como la final de Roland Garros, ni creerse el peor con derrotas como las primeras rondas de Miami y París. Ha crecido. Mucho. En lo tenístico, mejoras sustanciales en el saque y en el revés ; pero también, sobre todo, en lo mental: ganar, o al menos competir, sin jugar bien, alcanzar el final de curso con energía, la consistencia: « Es algo que siempre ha estado en mi contra . Y que intento trabajar lo máximo posible. Este año hemos demostrado que lo he mejorado: en casi todos los torneos ganaba o hacía final o un buen resultado». Ganó en tierra (Montecarlo, Roma, Roland Garros), en hierba (Queen's), en pista dura (Cincinnati, US Open, Tokio); y tachó es un escenario que se le resistía: pista dura bajo techo. Ya es «una temporada magnífica, la mejor en esta superficie», incide el murciano, sorprendido de pronto porque no se acordaba de que ganó su primer título en estas condiciones a principio de año, en Róterdam. Suma tres victorias más en estas ATP Finals, pero sabe que necesita afinar un poco más en un territorio que domina Sinner. El italiano sumó ayer su victoria 29 consecutiva en azul techado, ante Ben Shelton (6-3 y 7-6 (3)) y busca la 30 este sábado (14.30 horas, Movistar); no pierde ni siquiera un set desde la final de 2023 en esta pista; trece alegrías seguidas desde Viena. Pero todo tiene su explicación, que pasa por un estilo de juego que se adapta de maravilla al azul eléctrico. Lo explica para ABC el extenista Roberto Carretero : «Sinner tiene un juego más específico de pista dura: más directo, más plano. Juega más encima de la línea y del bote de la pelota, y siempre con una velocidad muy buena. Y al ser esta pista bajo techo, tiene más control de la bola porque no hay viento, no hay sol, nada que la perturbe. Con este no moverse nada, le sale un golpe más noble y todo el tiempo está tocando la bola limpia. Eso provoca que le quite mucho tiempo de reacción al contrario». Alcaraz es un tenista camaleónico, capaz de dominar la tierra batida con su juego variado y de alturas, y de domar la hierba en apenas unos pocos partidos. En rojo lleva 103 triunfos y 19 derrotas (84 %), 22-1 en 2025; en verde, un porcentaje mejor: 35 victorias y cuatro derrotas (89 %), 11-1 en 2025. Baja su superioridad en pista dura, 141 triunfos en 182 partidos (77 %), y en cubierto, la nota más baja para un alumno aplicado como él: 31 triunfos y 14 derrotas (68 %). Se ha propuesto modificar estos datos, que tiene seis Grand Slams y 22 años, así que hay potencial y espacio para la mejora durante mucho tiempo. En marzo, su primer título bajo techo y, olvidado el resbalón de la primera ronda en el Masters 1.000 de París, estas tres victorias en las ATP Finals que espera sean cuatro este sábado (20.30 horas, Movistar) que se juega la final con Felix Auger-Aliassime , verdugo de Alexander Zverev por 6-4 y 7-6 (4). «No tengo mucha experiencia en esta superficie, pero por el momento me estoy sintiendo muy bien tras cada partido y espero seguir así. Uy, había olvidado que gané en Róterdam. Así que sí, podríamos decir que es mi mejor temporada en esta superficie», bromeaba el murciano. Es cuestión de práctica, lo dice el de El Palmar, y de alguna adaptación más, como explica Carretero: « Alcaraz puede jugar de forma más variada que Sinner , con alturas, echándose atrás, adaptándose al viento y a las condiciones que haya, pero necesita más tiempo entre el golpe y el bote. Y ahí Sinner se lo quita, por ese tenis directo y de mucha velocidad. Que es lo que le perjudica cuando llega a la tierra». Para el extenista hay un componente de educación en una pista u otra y mientras el español ha podido entrenarse más al aire libre por el clima, Sinner ha tenido más opciones de crecer en pistas cerradas. «Pasa en general en el tenis español; nos criamos más en tierra y te hace un jugador más completo, con más variedad, pero no tan bueno en una pista que apenas has tocado. Tu juego se va adaptando a cómo te has criado. Pero se puede entrenar y mejorar, e ir adaptando tu juego a lo que pide la pista», añade. No duda de que Alcaraz logrará domeñar esta pista también. Para Sinner, rey de estas condiciones, el motivo también pasa por, simplemente, lo que siente él en la pista, un intangible que no se puede entrenar tanto. « Siento que se adapta muy bien a mi estilo de juego . Me es más fácil encontrar el ritmo en los entrenamientos. Eso es todo. Cuando alguien golpea rápido, es muy difícil cambiar el ritmo de la pelota. Y me ayuda mucho jugando en pista cubierta. No tienes viento, no tienes sol. Siempre tienes la misma sensación en la pista. Estoy muy cómodo así». Sinner domina por ahora, pero acecha Alcaraz, que busca hoy su plaza en la final de las ATP Finals , que quiere derribar esta última frontera de la pista rápida bajo techo. Y si es el domingo contra el italiano, el mayor de los retos, mejor.

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