De la Frustración a la Gloria
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La gran final del Torneo de Montreal entregó un partido vibrante, con emociones cambiantes y un desenlace digno de una definición. Adrián Puppulo se consagró campeón tras vencer a Ezequiel Urrestarazu por 3-6 / 6-2 / 10-3, en un duelo que tuvo de todo: tensión, frustración, garra y una notable recuperación del flamante campeón.
El encuentro comenzó con un Puppulo visiblemente incómodo. Las dobles faltas y los errores no forzados lo alejaron de su mejor versión, mientras Urrestarazu aprovechaba cada desconcentración para adueñarse del primer set. La bronca de Adrián era evidente, pero lejos de derrumbarlo, esa incomodidad se transformó en combustible para revertir la historia.
En el segundo parcial, Puppulo cambió la energía: ajustó su servicio, afinó sus golpes y comenzó a imponer un ritmo que desbordó físicamente a su rival. Su determinación fue tal que dominó los intercambios desde el fondo y cerró el set con autoridad, igualando el marcador y llevando la definición al super tiebreak.
Allí mostró su mejor versión. Con confianza y convicción, Adrián fue un vendaval de tenis sólido, aprovechando cada punto corto y desgastando a Urrestarazu con una intensidad inquebrantable. El 10-3 final selló una remontada brillante, en la que el aspecto mental y físico fueron decisivos para consagrarse campeón.
Su recorrido hasta la gloria fue impecable: debutó ante Lucas Ponce (WO), luego superó a Roberto Manfredini por 6-2 / 6-2 en cuartos y venció a Allen Rejtman en una batalla tremenda por 6-4 / 5-7 / 11-9 en semifinales. Con la victoria en la final, Puppulo cierra un torneo inolvidable, mostrando que la determinación y la fuerza interior pueden cambiar el rumbo de cualquier partido.