Alcaraz sigue en modo zen para remontar a Rublev y meterse en los cuartos de Wimbledon
Carlos Alcaraz ya está en los cuartos de final de Wimbledon después de superar la dura de prueba de Andrey Rublev (6-7 [5/7], 6-3, 6-4 y 6-4), que se convirtió en más dura todavía después de que el español cediera el primer set. Parecía que podía ganarlo porque había recuperado un break de desventaja, pese se le escapó en el desempate. Tampoco le incomodó más de la cuenta perder ese parcial. El ruso se fue al vestuario y Carlos se quedó en pista jugueteando con las pelotas, dando toques con los pies, aparentando relajación. Sigue con el modo zen activado. Nada de reproches exagerados. Algún comentario con su banquillo, con Juan Carlos Ferrero y Samu López, pero siempre manteniendo la calma. Y nada de "correr" para recuperar rápido el terreno perdido, lo que muchas otras veces era su perdición porque en lugar de acumular ganadores lo que hacía era cometer un error tras otro para hacer la herida más grande.
Alcaraz empezó el partido con poco nervio, algo que un tenista como Rublev no perdona. El ruso entrenado por Fernando Vicente juega siempre a mil por hora, y si alguien puede presumir de aceleración con el golpe de derecha es él, tanto como para aguantar e incluso por momentos dominar al murciano cuando se retaban con ese tiro en el juego cruzado. Con varias de esas derecha y algún buen resto, consiguió tomar ventaja Rublev con una rotura en blanco (1-3). Ni se inmutó Carlos, pese a que sabía la montaña que tenía por delante, ya que su rival sólo hacía cedido su saque en dos ocasiones en las tres rondas anteriores. Ese terreno lo recuperó a base de piernas y pundonor. En hierba es muy complicado defender, pero Alcaraz también puede hacerlo con el modo tradicional, con esos pasitos extra después de golpear para frenar; o con el modo tierra, resbalando. Rublev trató de ser agresivo y buscó la red, pero sus cinco primeras subidas fueron neutralizadas, lo que propició que el español recuperara la desventaja.
El encuentro parecía en ese momento donde quería el número dos del mundo, que en el tiebreak llegó a mandar 5-4. Tenía dos saques para finiquitar el set, pero entonces Rublev se puso sólido y ganó los dos puntos siguientes tras un intercambio largo y un passing de revés espectacular desde el fondo de la pista. Daba primero el tenista ruso, pero el partido no había hecho más que empezar y ya estaba más equilibrado. De hecho, en ese momentos había ganado más puntos totales el murciano, pero más puntos decisivos Rublev.
Entró el encuentro en una dinámica más lógica después de la batalla anterior y los primeros juegos del segundo set fueron rápidos. El primero que se equivocara lo iba a pagar, y Rublev dudó en una derecha y cometió una doble falta letales que Carlos supo aprovechar para romper y poner después el 1-1.
Si Alcaraz ha mejorado su aspecto psicológico, qué decir de su oponente, que en muchas ocasiones se ha dejado devorar por sus demonios y la ha liado en pista. Trabajan mucho ese aspecto en su equipo de trabajo y se notan mejoras. Tampoco se hundió por la situación y en el tercer set era él el que estaba más cerca de la rotura. Amenazó con un 15-40 en el segundo juego y con un 30-40 con 3-2 arriba. Salió del apuro el español y no desaprovechó su oportunidad cuando le llegó, con un punto memorable en el que peleó con todo, corrió de un lado a otro y encontró un passing increíble, demostrando que es complicado, sí, pero en hierba también se puede defender.
No se estaba jugando en los términos que le suelen gustar al español, pero hizo una adaptación de la famosa frase de Groucho Marx: “Estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros”. Rublev volvió a dejar la pista y esta vez Alcaraz le esperó haciendo malabares con la raqueta, a lo suyo, relajado, antes de dar el golpe definitivo. Ahora, en cuartos, le espera el británico Cameron Norrie.