Svitolina, Osaka, Bencic... maternidad y tenis sin renuncias
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Lo que antes era una utopía, es ya hoy una realidad de la que disfrutan las jugadoras profesionales: ser tenista y madre a la vez, sin tener que aparcar la decisión hasta después de la retirada. Ha costado mucho llegar hasta este punto y todavía quedan detalles que hay que trabajar para que la esa realidad sea todavía más cómoda, más fácil, más profusa. Por eso, los ejemplos de las tenistas que han pasado por Roland Garros con un hijo en el banquillo han conseguido un triunfo casi mayor que levantar el trofeo: confirmar que se puede, que ser madre no es incompatible con volver a jugar y recuperar la ambición y el nivel y el hambre, que se gana por una misma y por todas las demás. Ha sido una de las caras más visibles de esta nueva realidad. Apartó el tenis momentáneamente en 2023 para ser madre y sigue en el camino para recuperar ese tono competitivo que la llevó a ganar cuatro Grand Slams. En julio nació Shai, y a principios de mayo levantó su primer título tras la maternidad. En Saint Maillo, y sobre tierra batida, además, el primero en toda su carrera. En París, peleó contra Paula Badosa en la primera ronda que bien podía haber sido un partido de semifinales e incluso una final. Todavía más tempranera en su regreso a los podios fue la suiza. En abril de 2024 nació Bella y en febrero de 2025 levantó el título del WTA 500 de Abu Dabi. La ucraniana también ha tenido un regreso apoteósico después de que naciera Skai, fruto de su relación con el también tenista Gael Monfils en 2022. Se alegró de la maternidad, pero también echaba de menos el circuito. «Y entrenar y a los aficionados. Y sobre todo echo de menos ganar. Quiero volver a mi nivel, ganar partidos y disfrutar de esos momentos». En Estrasburgo 2023, su primer torneo, alcanzó las semifinales. Poco después, llegó a octavos en el US Open, aunque era consciente de que todavía le quedaba por mejorar. Para 2024, poquito a poco fue ganando rodaje competitivo y mejoría física: unos octavos en Roland Garros, cuartos en Wimbledon, más fuerza para 2025 con otros cuartos en Australia y en Indian Wells, antes de su título en Rouen, con el que aumenta un récord estupendo de 18 finales ganadas por solo cuatro perdidas. Después fue semifinalista en Madrid y cayó en cuartos en Roma, pero ya está de vuelta con toda su ambición. En París, ha derrotado a Jasmine Paolini en octavos de final después de una remontada estupenda en la que sacó toda la garra de antaño y un poco más por Skai. La ucraniana perdía 6-4 y 4-1, pero fue creyendo que podía superar a la rival y a sí misma. Incluso levantó tres bolas de partido para apagar a la italiana en el 'tie break' del segundo set y acabar por levantar los brazos con contundencia 4-6, 7-6 (6) y 6-1. Fue una de las líderes en esta pelea por la conciliación, por la no renuncia al tenis para ser madre como había sucedido en las generaciones anteriores, salvo casos excepcionales. Es quien lidera el programa de maternidad de la WTA y en el que se ha conseguido una alianza con PIF (fondo de Arabia Saudí) que sufraga las bajas por embarazo y lactancia, de 12 meses de duración, además de otras protecciones como bajas parentales y subvenciones para la congelación de óvulos y tratamientos in vitro, para que no haya un doble camino sino que sea único: jugar, ganar, ser madre, jugar, ganar. La bielorrusa se planteó que no existía una estructura sólida que permitiera compaginarlo todo sin tener que renunciar a una parte importante de su vida. Y no solo por ella misma, campeona de Grand Slam en Australia 2012 y 2013. «Se me ocurrió, ¿cómo es para otras jugadoras que apenas llegan a fin de mes? Lo increíble de este programa es que hemos creado una salida no solo para nuestros miembros de pleno derecho, sino que tenemos la oportunidad de involucrar a nuestros miembros asociados, nuestras jugadoras de menor ranking», comentó sobre este nuevo proyecto. Con Leo nacido en 2016, Azarenka regresó al circuito en Wimbledon 2017, donde llegó a cuarta ronda. Le costó un poco más reencontrarse como la campeona de siempre, pero ya en 2020 alcanzó la final del US Open. En este Roland Garros se ha llevado en la mochila el reconocimiento del tenis al firmar un triunfo mayúsculo, ante Yanina Wickmayer, por 6-0 y 6-0. La estadounidense tuvo a su primer hijo, Adyn, en 2021, y su vuelta al circuito fue doble, pues compite con igual medida en los cuadros individuales y en los de dobles. En octubre de 2024 alcanzó los cuartos de final del WTA 1.000 de Toronto. A principios de 2025, fue campeona del Abierto de Australia en dobles. Un éxito que quería mantener, pero una conmoción cerebral sufrida en Miami tuvo que posponer un poco ese objetivo. Logró el consentimiento de los médicos para poder volver a jugar, y en París sigue su camino hacia el título con Katerina Siniakova como pareja en el dobles y con Evan King en el mixto. No son las únicas, pues las puertas están abiertas y se han acogido a este pan de conciliación muchas más figuras del circuito. Como Petra Kvitova, dos veces campeona de Wimbledon (2011 y 2014), que sigue buscando ese rodaje y la clave para triunfar en la pista después del nacimiento de su hijo Petr en julio de 2024. También Tatjana Maria, Anastija Sevastova y Anna Karolina Schmiedlova.