Marc López: "Algunos días de este año veías entrenar a Rafa y pensabas: ‘¿Cómo se va a retirar?’''
Marc López (Barcelona, 1982) conoció a Nadal cuando tenía 15 años y él 19. Comenzó una amistad fuera de la pista y dentro, con el inolvidable oro que ganaron en dobles en los Juegos Olímpicos de Río 2016. En los últimos años le ha acompañado desde el banquillo.
¿Cuándo conoce a Rafa?
Cuando tiene 15 años, y yo 19. Él ficha por el Tenis Barcelona, jugábamos el Campeonato de España por equipos y coincide que dormimos juntos. Tenía cuatro años menos, pero ya jugábamos a la Play, nos conocimos, y desde el primer momento conecté bastante con él. Nos hicimos amigos y fíjate, el tiempo pasa volando.
Se cuenta que una vez le metió un 6-0.,,
A él no le gusta recordarlo. Sí pasó, no lo niega, porque yo siempre lo digo en broma... Él cada vez dice que tenía menos edad, pero tendría creo que 15 y yo 19. En el Godó yo jugaba el cuadro final porque me dieron wild card, hicimos un set de entreno y le gané 6-0. Fue anecdótico, pero yo me quedé con la copla y después siempre hace gracia que alguien al que has ganado 6-0 sea quien ha sido y quien es. Aunque sea de entreno, a él no le gusta perder en nada. Seguro que no se dejó.
¿Se hablaba de él ya en esa época?
Sí, es lo típico que siempre se dice que hay gente joven que viene y juega muy bien. Es verdad que decirlo ahora que ha pasado y se ha visto que es un crack, parece que todo el mundo sabe de tenis, pero sí se le veían cosas diferentes, una mentalidad diferente al resto, con un espíritu muy luchador, muy ganador, muy concentrado. A estas edades, verlo tan “focus” y con esta mirada asesina para querer ganar, aparte de lo que son los golpes, que también eran increíbles, se le veía que estaba hecho de otra pasta. Él también dice que nunca hubiera pensado tener la carrera que ha tenido, pero sí se veía que era un jugador diferente.
¿Cómo se va forjando su amistad?
Él empieza a jugar Futures, yo ya estoy jugando Challengers. Él empieza a evolucionar muy rápido y coincidimos más en el circuito Challenger, aunque nunca hemos jugado en contra. Él pasa fugazmente por los Challengers, yo me quedo ahí bastante tiempo anclado y hay un momento en el que ya no coincido tanto porque él despega y empieza en el ATP Tour y yo estaba algo estancado. Hay unos años que sigo manteniendo el contacto con mensajes o llamadas, pero ya no coincidíamos cada semana, aunque no afectó porque nos teníamos mucho cariño. La amistad seguía viva.
¿Cómo es Rafa fuera de las pistas?
Él compite con todo lo que hace. Se va a jugar a golf, que le encanta, y compite. Todo lo que hace es al cien por cien, es un competidor nato, no hace las cosas por hacerlas, sea el parchís, la Play o el golf, lo intenta hacer de la mejor manera. Después, yo siempre digo que no sólo es un ejemplo en pista, también fuera, es muy atento con la gente, nunca tiene un “no” como respuesta, es una persona humilde pese a todo lo que genera; tiene en casa a sus amigos de toda la vida... Es una persona a la que vale la pena conocer. Yo siempre le digo en broma, pero es en serio, que es mejor persona que tenista, y él me dice que deje de hacerle la pelota y yo: “¿Qué necesidad tengo de decirte algo que no pienso?”. Es una persona increíble, vaya.
En la pista gana él, pero ¿y en las bromas del equipo? Que dicen que usted es el número uno...
Somos un equipo muy serio, pero a la vez nos gusta pasarlo bien. Somos un grupo de amigos, aunque hay momentos de tensión, como es normal, y más en estos niveles, pero cuando estamos más relajados y de hacer bromas, pues tanto Rafa como Carlos Moyá, como Maymó [el fisioterapeuta], como bastante gente del equipo somos de hacer bromas. A lo mejor yo a veces soy el que se pasa de rosca, pero es mi manera de ser. Eso hace que nos llevemos muy bien.
Rafa le lio una buena al hacerle hablar en inglés cuando ganan un torneo de dobles en Doha, en 2009.
Es algo que tengo pendiente, una mancha negra en mi persona: pese a tantos años viajando, mi inglés es muy malo. Es verdad que es mejor de lo que aparentan las imágenes cuando hago discursos, pero entre la timidez y falta de confianza en el idioma me he ido cerrando. Y, claro, está esa anécdota, que cuando ganamos en Doha, el primer torneo que jugábamos juntos, él me pasa el micro sabiendo que para mí era un marrón , ya no sólo por hablar inglés, también porque era mi primer torneo ATP ganado, el hablar en público y encima en inglés, pues imagínate. Pero vamos, yo soy de hacer bromas, también está bien que a veces me las devuelvan y me hagan pasar un mal rato.
Ya se vengaría alguna vez...
Bueno, no hace falta que me vengue, en el día a día que me voy vengando. No soy rencoroso. Cada día nos hacemos bromas y lo pasamos muy bien.
[[QUOTE:PULL|||"La retirada me rondaba, Rafa me llamó para jugar dobles en 2009 en Doha, ganamos y eso fue un empujón. Le debo mucho"]]
Alguna vez ha comentado que Nadal le ayudó mucho. ¿En qué sentido?
Me ha ayudado mucho porque yo, como decía antes, hay un momento en el que estoy estancado. Estuve muy cerca del objetivo que yo me había marcado desde que era pequeño que era ser “top 100” en individual; me quedé a las puertas, me quedé 106, dos veces a un partido de entrar. Eso fue en 2004. En 2001, que yo tenía 18 años, termino 120 del mundo... Mi proyección era ser “top 100”. No lo consigo por diferentes motivos y hay un momento, pues claro, que pasan los años, veo que 120, 140, ahora defiendo puntos, 2005, 2006, 2007, lesiones... Llevo siete años intentando ser “top 100”, estando ahí, pero no lo consigo y empiezo a tirar la toalla. Es un momento de inflexión cuando él me dice de jugar dobles en Doha en 2009. Yo a finales de 2008 no es que lo tenga decidido, pero sí se me pasa por la cabeza dejar de jugar, por lo que te estaba diciendo, que pierdo un poco las ganas de seguir luchando, y se me plantea esta posibilidad de jugar el doble con Rafa en Doha. Todo viene porque Tomeu Salvá, que era compañero y muy amigo suyo, deja el tenis, entonces me ofrece esta posibilidad, y primer torneo juntos y ganamos. Ese momento fue una inyección no sólo económica, que para mí era muy importante en esa época, sino de ver que hay otra vía en el tenis que se me da bien, siendo consciente evidentemente de que había ganado con Rafa Nadal, lo que ayuda mucho; pero sí me doy cuenta de que se me da bien, ya había jugado muy bien en categorías inferiores con Tommy Robredo, que ganamos Roland Garros júnior y la Orange Bowl, y a raíz de ahí sigo jugando individuales y voy con la motivación que me ha dado ganar el primer torneo en Doha en 2009. Ahí arrancó mi carrera profesional de dobles. El último año que juego individual es 2009 porque veo que se me da mejor el dobles, gano más dinero, gano más partidos, soy más competitivo, y ya en 2010 decido sólo jugar dobles. No sé que hubiera pasado, pero jugar con él y ganar ese primer torneo sí me dio ese empujón para seguir en otra vía que es el dobles, y cuando repaso todo lo que he conseguido en dobles desde 2009 en parte es gracias a este empujón que él me dio en mis inicios. No he ganado muchos torneos, pero sí torneos de todo tipo, menos la Copa Davis, y soy consciente de que parte de culpa la tiene Rafa.
La Davis ahora como entrenador...
Sí, exacto, estaría bien.
¿Qué recuerda del oro olímpico que ganaron en Río?
Yo ya había estado en Londres, pero fue una experiencia muy corta, porque era en hierba y perdimos en primera ronda con Marcel. A Río llegaba en muy buena forma después de ganar Roland Garros con Feli, y fue vivir la experiencia otra vez de estar en unos Juegos Olímpicos en la Villa y encima compartiendo habitación con Rafa. Todo el mundo habla de las camas, que son pequeñas, y esto es totalmente cierto; nosotros lo que hacíamos era, porque la habitación era tan pequeña, era dormir en dos camas distintas, pero poníamos una silla con el iPad y nos quedábamos cada día dormidos viendo una película juntos. Es la experiencia de compartir con alguien dos semanas, y con los demás deportistas y tenistas... E imagínate lo que es agachar la cabeza y que te pongan la medalla de oro en el cuello, es algo irrepetible, especial. Lo recuerdo como el mayor logro que un deportista pueda conseguir.
¿Se celebró bien?
Pues no. Siempre dicen que todo hay que celebrarlo, pero como el tenis nunca para, me acuerdo que ganamos el oro en dobles, pero él al día siguiente tenía que jugar por el bronce en individual con Nishikori, así que esa noche no celebramos nada, y después al terminar nos íbamos directamente, con Murray, a Cincinnati juntos. Cincinnati tampoco es una ciudad para celebrar nada. Lo típico que se dice: “Bueno, ya lo celebraremos”. Hemos celebrado muchas cosas, pero en ese momento no se celebró nada.
Ese 2016 fue difícil para Nadal por un problema en la muñeca, y usted estuvo muy pendiente...
Yo, como amigo, y aunque muchas veces no coincidíamos en los torneos, siempre estaba en contacto, porque al final no deja de ser una persona que también necesita cariño y que se preocupen, él es muy familiar, pero a veces desde la distancia me preocupaba de cómo estaba. Porque, aunque uno gane, gane, gane, cuando tienes problemas de lesiones y te pierdes torneos importantes y estás mucho sin competir, y más Rafa, que es un competidor nato y que cuando le quitas esta competición lo pasa mal, hay que estar cerca de los tuyos, de los amigos, y yo he intentado estar lo máximo pendiente.
Años después, usted sufrió un episodio de ansiedad...
A finales de 2018 le diagnostican a mi madre una demencia, es un golpe muy duro saber que tu madre tiene algo tan importante y que no tiene solución, que se llama demencia frontotemporal, que es lo que ahora tiene Bruce Willis, por desgracia. Me lo comunican, lo acepto, pero al cabo de unos meses empiezo a notar cosas muy raras en mi cuerpo, una lista de síntomas y de dolores que te hacen preocuparte y pensar que tienes de todo. Es una espiral y no sales de ahí. Es la primera vez que he tenido un episodio así de problemas mentales, al final uno se cree que todo lo controla, pero la mente es muy poderosa; la ansiedad o lo que me pasó a mí es que tuve un desajuste de muchas cosas en el cuerpo y eso me hacía preocuparme por mi salud, porque cuando te duele algo... En este caso, me dolía todo: tenía hormigueo en manos, pies, me dolía la barriga, empecé a adelgazar, y todo son preocupaciones. El médico te dice que no tienes nada, pero tú sigues teniendo ese dolor. Bueno, no es que no sea verdad que lo sufres, pero es la cabeza la que te está haciendo todos esos males. Es bastante complicado. A mí me ayudó la terapia y tuve que medicarme. Eso me hizo tener que retirarme precipitadamente, porque en 2019 después de Roland Garros y de intentar competir con esta ansiedad veo que es imposible, no paro de lesionarme de la tensión que tenía en el cuerpo. Me cojo todo 2019 de baja, con ranking protegido; en 2020 el covid, después mi mujer se queda embarazada y cuando vuelvo a jugar en 2021 se me ha quedado un ranking muy malo. Señales que me hicieron en 2021 retirarme, y encima la llamada que me hizo Carlos Moyá, que habían pensado en mí para entrar a formar parte del staff de Rafa, fue otro empujón para decir: mira hasta aquí mi carrera tenística y ahora a intentar aprovechar para empezar mi carrera como entrenador. Y qué mejor que empezando con Rafa estos tres años que he estado.
Lo que comenta es una muestra de que aunque en el tenis se gane mucho dinero, sois personas.
Yo te hablo de mi experiencia y hay muchos casos de ansiedad. Yo no tenía ningún problema, al final la gente me decía: “Bueno, ¿cuál es tu problema si tienes trabajo, te va bien en el tenis, estás feliz con tu mujer, te va bien en la vida?”. Yo en este caso pienso que fue debido al diagnóstico que nos dieron de la demencia de mi madre, pero hay gente que a lo mejor no ha tenido esto y también le pasa, yo en mi caso creo, porque sería mucha casualidad, que fue debido a esto, y me salió por el lado de la salud. Yo no soy ni psicólogo ni psiquiatra, pero te aseguro que la mente es muy poderosa y a mí me fulminó, como aquel que dice, me tumbó. Es verdad que te coge algo así por primera vez, y no supe gestionarlo, lo que hace que vaya a peor, la bola la haces más grande. Pero bueno, todo pasa por algo, es lo que hay.
Se superó y ya está...
Sí, sí... Bueno, aún me sigo medicando, siempre hay que estar alerta con estas cosas de cabeza, pero de manera distinta. Ahora es el mínimo de lo mínimo para sentirme bien, pero la idea es dejar la medicación en breve.
[[QUOTE:PULL|||"Me llamó Moyá y primero le dije que me lo tenía que pensar. Al minuto le llamé yo y acepté entrar en el staff de Rafa"]]
¿Le sorprendió esa llamada de Moyá?
Sorprende, sí. Cuando ya tengo en la cabeza que voy a dejar de jugar, siempre había dicho que cuando tuviera niños no viajaría o viajaría muy poco. Qué pasó, que me llama Carlos Moyá ofreciéndome esto y... Me acuerdo que le respondo: “Bueno, te digo algo mañana, que ahora me has pillado fuera de juego, no sé qué...”. Colgué y al minuto lo llamé y le dije: “No sé ni por qué te he dicho que me lo tenía que pensar. Encantado, sólo faltaría”. Mi mujer también dijo: “¿Cómo no vas a aceptar este proyecto?”.
¿Es difícil pasar de ser el amigo y compañero al entrenador?
No, para mí no. Al principio cuesta un poco. Yo hasta te diría que mi experiencia con él no es un tema de que es amigo y ahora soy entrenador. Al final, somos amigos, pero sabemos diferenciar cuándo hay que hablar de una manera más profesional. Sí es verdad que mi manera de ser, cuando yo le corrijo cosas o le digo cosas, por mi manera de ser pensaba: “Qué le vas a contar tú a él cuando ha ganado todo lo que ha ganado, es un fenómeno, y le estoy diciendo cómo se tiene que colocar para hacer el saque o lo que sea...” Pero no tiene nada que ver una cosa con la otra, porque entonces ningún crack de estos podría entrenar con nadie: Rafa tendría que entrenar a Federer, Federer a Djokovic... Al final, son gente muy buena y hay que intentar pulir pequeñas cosas. A mí al principio me costaba por esto, pero él me decía siempre: “Tú dime lo que veas”. Y cuando veo claro cosas que él está haciendo mal se lo digo, y si no está de acuerdo me lo dice, porque tenemos esa confianza, pero, vaya, creo que si pensó en mí es porque tengo una manera de ver el tenis parecida a la suya, le puedo ayudar, y no hay que cambiar muchas cosas. Es estar ahí, pequeños detalles, tenerle contento, decirle cosas.
¿Qué recuerda del triunfo en el Open de Australia 2022?
Imagínate, mi primer Grand Slam con él y lo gana. Pasó lo que no está escrito: covid en enero antes de ir a Australia, yo llegué más tarde, porque fuimos a Abu Dabi por una exhibición, cuando volvimos empezamos a dar todos positivo, al principio dieron primero ellos y el último yo, lo que hizo que me recuperara más tarde. Cosas de la vida, pero empezó el año y ganó el torneo previo y el Open de Australia. He vivido muchas experiencias estando en el box como amigo, pero estar en primera fila como uno de los entrenadores, con Carlos Moyá al lado, y vivir con el pupilo a punto de ganar un Grand Slam, y cómo lo ganó, pues es una de las mejores experiencias que he tenido, y también, de los partidos más tensos que he vivido.
Cuando va dos sets abajo en ese partido, ¿Rafa es muy de que le hablen o no?
No le decimos más o menos si va ganando o perdiendo, se le va diciendo a medida que tú veas que sea algo que le puede ayudar. En ese momento y esa situación, como es normal, nosotros en el box estábamos bastante derrotados, porque veíamos que Medvedev estaba siendo muy superior, pero también te digo que cuando gana el juego del 0-40 y conociendo a Rafa y viendo lo que significa y el respeto que le tienen los jugadores cuando remonta, aunque sea un juego solo, pero el hecho de dar muestras de que esto no ha terminado... De poder ir dos sets a cero 4-2 a ir dos sets a cero, pero 3-3 y habiendo tenido la opción de 0-40, al ver que ganó ese juego pues ya pensamos: “Cuidado que Rafa...”. Y al final pues mira, lo pudo hacer. Era muy complicado, pero cuando gana el tercer set ya la sensación era que podía lograrlo.
Y después Roland Garros, tras irse de Roma cojo dos semanas antes.
Tenía el pie muy mal. La gira de tierra casi no la pudo jugar, en Roma muy mal, y fuimos a Roland Garros sin la mejor forma posible, ni preparación de partidos ganados en tierra, pero es lo que yo le dije a él, porque me acuerdo que antes del torneo dijo que no se sentía favorito, y yo le dije: “A ver, si tú no eres el favorito, que has ganado aquí trece veces, entonces ¿quién?”. A lo mejor era cierto que ese año era en el que menos preparado llegaba o con menos rodaje, sin duda, pero eres Rafa Nadal, estás jugando en Roland Garros, has ganado Australia, y eres el rival a batir. Y, mira, al final pudo, con sufrimiento y dolores, ir jugando y avanzando, y cuando llega a las rondas finales demuestra que es el mejor.
Era casi más fácil que le pudieran sorprender al principio.
Tiene un mal sorteo, eh, se cruza en cuartos con Djokovic, el peor que le podía tocar, pero es lo que hablamos también esa semana: el objetivo era ganar el torneo y sabía que casi seguro se iba a tener que enfrentar a Djokovic. Cuando él está un poco bien y más con la confianza de Australia... Fue un año increíble porque fue campeón en Acapulco, en Indian Wells hizo final y se lesiona... Pero estando sano había ganado muchos partidos, el nivel lo tenía, el problema era físico, pero en Roland Garros no tiene tantos problemas de impacto y sus articulaciones no sufren tanto, pues pudo ir mejorando, ganó a Djokovic, el partido de semifinales con Zverev estaba muy duro, había mucha humedad, la bola no botaba, era de noche, el techo cerrado... Zverev se lesiona, pero creo que lo hubiera sacado igualmente. Y después la final con Ruud jugó muy bien.
Luego han llegado dos años complicados: lesiones en el abdominal, psoas...
Hace un gran esfuerzo en 2022 y le sale un gran año, nace su hijo en verano, después tuvo la lesión abdominal y no lo termina demasiado bien. Tenía muchas opciones de acabar como número uno. Después, cosas de la vida, lo que en un año tienes una alegría increíble como ganar en Melbourne, al siguiente en segunda ronda, pues te rompes y después ya no puedes jugar en todo el año. 2023 fue muy duro, de operación de cadera, un año más que uno se hace mayor, que pierde el ritmo competitivo. Y 2024 también ha sido muy complicado, por eso ha llegado el momento, y esto lo tenía que sentir él, de retirarse, aunque nadie quería que esto pasara, pero es ley de vida.
¿Cómo asumía él los golpes?
Él como siempre. Se quería dar la opción de poder competir, de ver si seguía competitivo, si las lesiones se lo permitían, pero no se ha podido. Sigue arrastrando lesiones, a veces tienes una y cambias el apoyo y te haces otras... Lleva muchos años dándolo todo, compitiendo mucho, corriendo mucho, y los años pasan para todos, el cuerpo no es el mismo. También cuando sufres tanto y cada día vas a entrenar con dolor, pues la cabeza por mucho que sea Rafa Nadal y que sea un roca, en un momento la roca ya no lo es tanto. Cuando estás todo el día con dolores, se hace complicado. Él quería darse la opción de jugar, intentar ver si aún podía dar el nivel que quiere, que es ganar grandes torneos, y yo creo que ha visto este año que está lejos de este nivel y que sigue con molestias. Él al menos se queda tranquilo de que lo ha intentado y no ha podido ser.
No ha podido tener regularidad entrenando.
Al final no es sólo lo que se ve en la tele cuando compites. Hay que estar en los entrenos, y muchas veces pues un día se entrenaba muy bien, otro con dolores, otro no puedes hacer según qué ejercicio porque duele... Hay que estar en el día a día para darse cuenta del mérito que tiene y de ver que no son máquinas. La gente a veces opina, opinar es muy fácil y dicen: “Que se retire ya, no sé qué...” Al final hay que estar cada día, también hay días que lo ves entrenar y dices: “¿Cómo se va a retirar si cuando está bien le pega palizas a todo el mundo?”. Eso no ayudaba, en el sentido de que una cosas es entrenar y otra la competición. Los problemas físicos llevaba tiempo arrastrándolos y ahora pues cada vez es más difícil, porque los años pasan.
[[QUOTE:PULL|||"Este año, en los entrenamientos antes de Roland Garros Nadal estaba pegando palizas a los rivales"]]
Cuando volvió en enero en Brisbane, se vio que nivel tenístico tenía...
Sí, sí. La pretemporada fue bien, en Brisbane estaba jugando bien y de repente pasas de hasta tú decir, guau, ya vuelve a estar, a que de repente venga y te dice que se ha hecho daño en el abdominal y que no puede sacar. Fue un jarro de agua fría para todos, pues imagínate él.
¿Cómo recibe la noticia del adiós?
Él nunca me dijo éste va a ser mi último año. Él y todos veíamos durante este año que es muy complicado, pero por ejemplo en Roland Garros estaba entrenando muy bien, pegaba palizas a la gente , entonces tuvo un mal sorteo, no le ayuda, y pierde en tres sets con Zverev, que hace final. Si hubiera ganado dos o tres partidos a lo mejor se enchufa y hablaríamos de otra cosa.
Fue un partido peleado...
Perder en primera ronda en su torneo, no deja de ser duro. También a título personal yo creo que se vio lejos de forma en los Juegos contra Djokovic. Es una realidad que vio, y todo va influyendo en que él vaya tomando la decisión. A mí me lo comunica, me dice que ha tomado la decisión y yo lo acepto, lo respeto y lo comparto, y como amigo le dije que nada, que es otro momento de la vida y que lo entiendo perfectamente.