US Open: Sinner venció a Draper
En una sofocante tarde de viernes, bajo un manto de humedad que hacía que cada respiro fuera pesado y cada movimiento una tarea ardua, Jannik Sinner, el número uno del mundo de Italia, y su oponente, el británico Jack Draper, sembrado número 25, se encontraron enfrascados en una batalla no solo de habilidad, sino de pura resistencia en las semifinales del US Open. Las condiciones agobiantes pusieron sus cuerpos al límite, mientras el calor pegajoso parecía agotar sus fuerzas y convertía cada juego en un concurso agotador de voluntades. A pesar de un susto potencialmente alarmante —una lesión repentina en la muñeca izquierda que amenazaba con descarrilar su campaña— Sinner perseveró, sobreviviendo tanto a los elementos como a su resistente oponente para asegurar su lugar en la final. Su victoria, 7-5, 7-6(3), 6-2, llegó tras un partido castigador contra Draper, quien, a pesar de estar disputando su primera semifinal de Grand Slam, luchó valientemente contra las difíciles condiciones, empujando al astro italiano a través de dos sets ferozmente disputados antes de finalmente sucumbir.
“Fue un partido increíblemente físico hoy”, reflexionó Sinner en su entrevista en la cancha después del partido. “Jack no es fácil de vencer; realmente te hace trabajar cada punto”.
El partido fue el primero de dos semifinales masculinas del US Open, un duelo entre amigos que, aunque estaba lleno de respeto mutuo, también se destacó por su implacable intensidad. Sinner, quien había parecido casi invencible durante todo el torneo, se encontró fuera de su ritmo en ocasiones, jugando a un nivel inferior a su estándar habitual.
Las condiciones en la cancha eran difíciles de navegar para ambos hombres, con el calor sofocante y la humedad asfixiante creando un ambiente que hacía que cada golpe, cada rally y cada saque se sintieran más agotadores de lo habitual. Draper, de solo 22 años y con una confianza renovada tras una serie de actuaciones impresionantes, llegó al partido con un récord impecable en el torneo —no había perdido ni un solo set. Pero el jugador británico se encontró luchando no solo contra el poderoso juego de Sinner, sino también contra el clima sofocante. A lo largo del segundo set, Draper parecía estar visiblemente luchando, ya que el calor y la humedad hicieron mella en su cuerpo. A pesar de esto, el joven jugador, cuyo estado físico había mejorado significativamente, sacó fuerzas de reserva y determinación, manteniéndose a la par de Sinner durante gran parte del partido, forzando al italiano a jugar rallies más largos y sets más cerrados de lo que muchos habían anticipado.
La marea cambió decisivamente en el set final, cuando Sinner, habiendo absorbido los mejores esfuerzos de Draper en los dos primeros sets, finalmente se desató, dominando el juego con mayor autoridad y poniendo el partido fuera de su alcance.
La victoria de Sinner lo coloca en posición para un momento consagratorio en Nueva York. El italiano tiene la vista puesta en lo que sería un logro monumental: terminar su temporada con títulos de Grand Slam en ambos extremos. Después de triunfar en Melbourne a principios de este año para reclamar su primer major en el Abierto de Australia, Sinner ahora está a solo un partido de culminar su año con otra victoria en un torneo importante, esta vez en el escenario de alto voltaje de la ciudad de Nueva York.
El primer set, al igual que el clima, fue tenso e incómodo. Ninguno de los dos jugadores fue capaz de encontrar un ritmo consistente. Sinner, conocido por su precisión clínica y sus potentes golpes desde el fondo de la cancha, estuvo inusualmente errático, su juego, normalmente imponente, titubeando a ratos bajo el peso de la ocasión y los elementos. Al otro lado de la red, Draper, con su imponente altura de 1,93 metros, utilizó su poderoso saque de zurdo con gran eficacia, empleando una estrategia diseñada para desgastar a su oponente al participar en rallies largos y castigadores desde la línea de fondo. Los golpes pesados y profundos de Draper mantuvieron a Sinner a raya durante gran parte del set, y no fue hasta que Sinner logró su primer quiebre en 4-3 que el italiano pareció ganar terreno en el partido. Sin embargo, Draper, mostrando coraje y determinación, rompió de inmediato, negándose a dejar que Sinner se escapara con el set.
Con el marcador empatado a 5-5 y el set aparentemente destinado a un desempate, Draper se encontró bajo una intensa presión en su saque. Enfrentando dos puntos de quiebre, el británico logró salvar el primero, pero su sexta doble falta del set resultó ser su perdición, regalando el quiebre a Sinner y una oportunidad para que el italiano sirviera para ganar el set. Draper, frustrado y visiblemente luchando por mantener la compostura en las condiciones pegajosas, lamentó que el sudor y la humedad le estaban dificultando mantener un buen agarre en la raqueta.
El segundo set vio a Draper continuar luchando no solo contra su oponente, sino también contra el clima implacable. Su ropa empapada de sudor se le pegaba al cuerpo como una segunda piel, y en un momento tuvo que detenerse en medio de un juego para cambiar sus zapatos completamente mojados. Su saque, que había sido una de sus armas más fuertes durante todo el torneo, comenzó a flaquear cuando su porcentaje de primeros servicios cayó al 43%, dejándolo para luchar durante cinco juegos consecutivos donde enfrentó puntos de quiebre. Sin embargo, Draper se negó a ceder. Sacó fuerzas de flaqueza, invocando su espíritu de lucha, y logró mantenerse en el set al mezclar jugadas de saque y volea, a menudo terminando los puntos con delicadas voleas en la red que mostraban su destreza.
Luego, en el noveno juego del segundo set, el partido tomó un giro surrealista. Draper, que había estado visiblemente agobiado por el calor durante gran parte del set, de repente vomitó cuatro veces en la parte trasera de la cancha. El partido se detuvo brevemente mientras Draper intentaba recomponerse. Con el marcador 30-30 y el set empatado 4-4, los dos jugadores se encontraron enfrascados en un intercambio tenso cerca de la red, intercambiando golpes angulados a corta distancia. Draper lanzó un drive profundo por la línea, forzando a Sinner a retroceder. El italiano respondió con un globo alto, pero al intentar alcanzarlo, Sinner perdió el equilibrio y cayó, apoyando la mano izquierda en el suelo. Draper aprovechó para rematar la bola con un smash que parecía asegurar el punto. Pero Sinner, desde el fondo de la cancha, logró lanzar un drive ganador fulminante que pasó junto a su oponente.
Inmediatamente, sin embargo, Sinner se agarró la muñeca izquierda, haciendo una mueca de dolor. La caída parecía haberle causado una lesión, y después de golpear un revés débil en el siguiente punto, pidió la intervención del entrenador, tomándose un tiempo médico. Draper, por su parte, también solicitó la ayuda del fisioterapeuta, habiendo llegado al borde de la extenuación.
Cuando el juego se reanudó, ambos jugadores parecían algo revitalizados. Mantuvieron sus servicios para forzar un desempate, aunque el revés de Sinner parecía estar comprometido por la lesión, mientras que Draper tuvo que secar continuamente el sudor de la cancha entre puntos. A pesar de las adversidades, Sinner encontró otra marcha en el tiebreak, tomando una ventaja de 4-0 y recuperando la forma que lo había llevado a las semifinales. Rápidamente se aseguró el desempate, dándose una ventaja de dos sets y poniendo a Draper contra las cuerdas.
Para el tercer set, Sinner ya tenía el control total. Rompió el servicio de Draper en el 2-3, primero con un pase de drive que dejó al británico sin respuesta, luego con un pase de revés que terminó de apagar cualquier esperanza de Draper de montar una remontada. Con el impulso firmemente de su lado, Sinner cerró el partido y selló su boleto a la final del US Open, donde tendrá la oportunidad de consolidar su estatus como una de las estrellas más brillantes del deporte.