Nadal perdió en Roma
Rafael Nadal, el distinguido ganador en diez ocasiones del Abierto de Italia, enfrentó la derrota a manos de un inspirado Hubert Hurkacz durante la segunda ronda del torneo. En respuesta, Nadal expresó su determinación por buscar la forma física antes del Abierto de Francia, enfatizando su compromiso de dar lo mejor de sí mismo. Hurkacz, reconocido por sus potentes saques, aseguró un notable triunfo por 6-1 y 6-3, insinuando una posible conclusión al destacado mandato de Nadal en el evento.
Reflexionando sobre su derrota, Nadal deliberó sobre su participación en el próximo Roland Garros, considerando que podría ser su última aparición en el prestigioso torneo, donde ostenta un récord de 14 títulos de campeonato. El reciente logro de Hurkacz al vencer tanto a Roger Federer en Wimbledon como a Nadal en Roma en sets seguidos lo establece como solo el segundo hombre en lograr tal hazaña, siguiendo los pasos de Andy Murray.
Nadal reconoció francamente los desafíos que enfrentó, atribuyendo su desempeño a una falta de juego constante en los últimos dos años, lo que resultó en dudas persistentes sobre sus capacidades. Esbozó dos posibles cursos de acción para París: o admitir sus limitaciones actuales y abstenerse de la competencia, o aceptar su estado actual y trabajar diligentemente para mejorar en las próximas dos semanas. A pesar de enfrentar problemas físicos, Nadal expresó su inclinación hacia participar en Roland Garros y ofrecer su máximo esfuerzo, reconociendo su importancia en su carrera tenística.
La victoria de Hurkacz fue disputada, ya que enfrentó un agotador primer juego al saque, salvando cinco puntos de quiebre antes de afirmar su dominio y asegurar la victoria en rápidos 93 minutos. A pesar del rendimiento mejorado de Nadal en su encuentro contra Hurkacz, la resistencia del jugador polaco resultó insuperable, ya que frustró los siete puntos de quiebre que enfrentó durante el partido.
Reflexionando sobre su logro, Hurkacz expresó un profundo orgullo por su desempeño, especialmente contra una figura icónica del tenis como Nadal, cuya dominación en superficies de arcilla ha sido incomparable en las últimas dos décadas. Reconoció la perdurable influencia de Nadal en el deporte, expresando gratitud por la oportunidad de competir contra una figura legendaria.