«El espíritu luchador de Nadal es un punto a favor para la recuperación; regresará»

Es cierto que dar el salto y permanecer tantos años seguidos en el top 5 mundial de un deporte como el tenis te lo da todo, más allá de títulos, pero te pide a cambio, te exige, la vida, minuto a minuto, sin excepciones ni pausas. Y claro está, eso supone presión, mucha, a veces más de la que un ser humano es capaz de poder resistir (Sara Miles). Millones de ojos están pendientes de ti, te observan, juzgan cada una de tus acciones y emiten veredicto en Barcelona, en Singapur, en Nueva York, en París o en cualquier otra parte del planeta. No te puedes esconder porque esa bola siempre te busca a ti y no hay refugio. Empezaron con la madera, luego se adaptaron al aluminio, descubrieron el grafito y ahí siguen Roger Federer, Novak Djokovic y Rafael Nadal empuñando sus raquetas. Tres tenistas que parecen eternos en el tiempo a pesar de la exigencia, siempre máxima, que afrontan y asumen en cada torneo.

Pero la alta competición unida al paso del tiempo va poco a poco introduciendo su dulce veneno en la mente de los deportistas, en sus rodillas y en sus pies. Todos estamos en el secreto: la primera línea en el deporte no es saludable, lleva al ser humano hasta sus límites y éste, a menudo, se derrite en la proximidad de su fulgor. Rafa Nadal es la excepción porque, en una continua reinvención de sí mismo, restaña sus heridas una y otra vez. Su espíritu luchador es siempre un punto a su favor para la recuperación.

Ayer nos enteramos de que una antigua lesión en el escafoides de su pie izquierdo producida por el sobreuso y el estrés mecánico llama otra vez a su puerta. Toca parar, reflexionar. El pie es el primer elemento de contacto del cuerpo con el suelo y a través de su bóveda de crucería se distribuye el peso del mismo. El escafoides tarsiano que lleva desde 2005 incordiando al campeón balear, atormentando en algún momento, es un punto crítico para la canalización correcta de los vectores de fuerza durante el gesto deportivo. Hasta él llegan las fuerzas que provienen de cadera, rodilla y tobillo, y que van a depositarse finalmente sobre el primer meta, arbotante esencial para el equilibrio mecánico del pie. En el tratamiento de las lesiones del escafoides es fundamental realizar un análisis Foot and Balance Go5D que nos alerte de las posibles anomalías en la distribución del estrés mecánico que sufre el pie del deportista. Asimismo resulta indispensable la terapia biológica que regenere el tejido óseo dañado, nunca la una sin la otra. Se trata de un proceso lento, regeneración del tejido óseo asociada a una corrección del estrés mecánico que lo deterioró. Nadal es un grande, tal vez el más grande. Resistirá. Y volverá.