Davidovich: «No quería dar la imagen que he dado»

Igual de abatido que Paula Badosa se presentó Alejandro Davidovich en la rueda de prensa, aceptando en su fuero interno y también de palabra que el partido más importante, por el momento, de su carrera, había sido una decepción. Una lección de Alexander Zverev por 6-4, 6-1 y 6-1. «Estoy un poco decepcionado conmigo mismo. Cuando terminé con Delbonis, ayer y hoy, no podía ponerme un calcetín, estaba físicamente bastante mal y no sabía si iba a entrar a pista porque no quería hacer lo que he hecho, pero también quería vivir el momento», comenzó en su parlamento. No quería mostrar esa imagen de desquicio que lo atropelló en su puesta de largo en los cuartos de final. Después, Zverev tampoco lo dejó desplegar mucho más ese tenis que sabe que tiene. «He empezado bastante bien, pero a lo largo del partido he empezado a fallar física y mentalmente. Me pesaba todo. Han sido casi dos semanas bastante duras, todos los partidos han sido intensos y con muchas emociones. Estas me las llevo al saco porque me vendrán bien para el futuro», admitía mirando el lado positivo, contento con el torneo en sí, aunque al cncuenta por ciento entre el orgullo y la tristeza porque no salió nada en el choque más importante. «Mi espalda no estaba al cien por cien y no he podido sacar. Sin meter los primeros, con segundos, un tipo que mide dos metros te mete mucha presión. He empezado a jugar más ansioso y ya no he podido más. ¿Si gano el primer set hubieran cambiado las cosas? Quizá, pero no ganándolo me he venido abajo». Va bien la autocrítica para avanzar y seguir creciendo, que es donde está todavía Davidovich, aunque duela este partido. «Obviamente hay muchas cosas de las que estoy orgulloso, cómo he superado muchas cosas durante los partidos. Estar en cuartos de Roland Garros ha sido un sueño: de verlo en la tele a disputarlo. Es gratificante, claro. Pero ahora mismo solo tengo la derrota en la cabeza. Necesito calmarme, tranquilizarme. Estoy bastante decepcionado, he perdido una oportunidad única», asumió, en su manos está ganarse otras.