Rebelde sin causa
Eso es lo que aparenta ser Nick Kyrgios, pero la realidad es que nadie más que su círculo cercano puede saber en realidad como es el tenista australiano que tanta controversia está causando en el mundo del tenis. “Con él no se va a necesitar jueces, si no policías” dijo José Perlas, el entrenador de Dusan Lajovic quien perdió el domingo ante el “chico malo” del deporte en la tercera ronda del Abierto de Miami. “Tiene el doble de talento que el 90% de los jugadores, pero mentalmente es 10 veces más débil”. No es la primera vez que alguien con derecho a opinar del tema hace este tipo de comentarios sobre el jugador de 23 años y tampoco es la primera vez que este tipo de personajes irrumpe en el tenis, pues a viejas generaciones su actitud les recuerda a John McEnroe.
Las nuevas simplemente no pueden definir si les cae bien o mal. Los seguidores están divididos ya que algo que no pueden negar es que sus duelos son garantía de entretenimiento. Si bien existen ciertas reglas de respeto que hay que seguir en el deporte en general; Kyrgios ha sido multado varias veces por conducta inapropiada como pelearse con los jueces, azotar raquetas e incluso simular masturbarse, lo que a la mayoría parece molestarles es la manera que tiene de provocar al rival con su estilo de tenis. A la gente le desconcierta de sobremanera que alguien se salga del comportamiento habitual en un determinado entorno, pero yo puedo decir que disfruté sin ninguna duda de sus actuaciones en los dos torneos que me ha tocado verlo: en Acapulco donde salió campeón hace un mes y en Miami esta semana.
Pongamos un poco de contexto. El actual número 33 del mundo eliminó en México a favoritos como Djokovic y recientemente a Nadal, quien por cierto aunque no quiera admitirlo, terminó sacado de quicio entre muchas cosas por el “saque de cuchara” que le aplicó, técnica que muchos consideran una falta de respeto pero que vale la pena recalcar es legal en el tenis. “¡Qué naco! ¡Es que no se vale! ¿Qué se cree?” e infinidad de críticas he escuchado a mi alrededor cuando lo ven jugar en vivo y justamente al respecto leía en El País la nota de Kyrgios contra el mundo,donde recalcaban como pone en “jaque al tenis con sus malos modos y sus frivolidades en el juego”.
El pasado domingo mientras lo veía en el Hard Rock Stadium, pude comprobar que lo que parece alimentar su talento, es el tener que estar en contra de todos. Cuando se ve en la necesidad de mandar a callar a la gente que lo abuchea por su actitud, regresa con un acepara dejarlos en verdadero silencio. Se peleó con un espectador de primera fila que le gritó una grosería y le dijo que tenía un terrible corte de peinado, por supuesto logró que seguridad sacará al aficionado para luego confesar ante la prensa que había disfrutado cada momento de la guerra de palabras.
Y así, como estas que pude presenciar, hay muchas anécdotas alrededor de sus participaciones en distintos torneos por el mundo, pero la realidad es que al aussiele queda mucho por demostrar ya que solo ha conquistado cinco títulos, dos ATP 500 y el resto 250, mientras que no ha superado los cuartos de final de Grand Slam. No sabemos si con la edad le llegará la madurez como pasó con el mejor de todos los tiempos, Roger Federer, guardando proporciones de conducta y talento por supuesto. Mientras tanto su comportamiento ha atraído reflectores al deporte y debo decir que a mí en lo personal me cae bien que sea desafiante, pero sobre todo deportivamente hablando creo que maneja un tenis espectacular.