La gresca y la ignorancia

Las artes marciales mixtas son una de las expresiones máximas del deporte. Cumple con la definición más básica de la RAE: Actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas.

Dentro de ella se desarrollan disciplinas del programa olímpico como la lucha de estilo libre y la grecorromana, el taekwondo, boxeo y otras que no son parte de los juegos, pero que tienen millones de practicantes como el muay thai, capoeira, luta livre o jiujitsu brasileño. Está regulado y tiene un nivel de competencia muy superior al de muchos otros deportes. Con tantas dimensiones en el combate, todo puede pasar.

Está regulada por las comisiones atléticas locales, mismas que en la mayoría de los casos también sancionan el boxeo. En el caso de UFC tiene controles antidopaje tan estrictos como los del Comité Olímpico. Tiene su propia federación internacional y en México está avalada por Conade y Codeme.

Llevo seis años cubriéndola a fondo, pasando semanas enteras en el gimnasio con peleadores mexicanos que buscan el sueño de ser campeones, he visto de cerca la rutina de cuatro sesiones de entrenamiento diarias y la dureza de los días previos a una pelea.

Sugerir que el incidente de Khabib Nurmagomedov y Conor McGregor en UFC 229 es habitual es pecar de ignorante, mostrar la desidia que tienen algunos por entender una disciplina demandante y con un extraordinario potencial en México, país con enorme tradición en la cosecha de éxitos en boxeo, muay thai y taekwondo. También cuesta trabajo entender como algunos siguen pensando que el UFC es un deporte, cuando es una promotora, cuyo objetivo es hacer dinero, como todas las ligas profesionales del mundo.

Sí, la noche del sábado se cometieron muchos errores y las sanciones deben ser ejemplares para mantener la credibilidad en el deporte.

carlos.contreras@milenio.com

twitter@CCLegaspi