Villarreal y las otras ciudades más pequeñas presentes en una final europea

La clasificación de su equipo para disputar el partido por el título de la Europa League ha convertido a la ciudad de Villarreal en la tercera más pequeña del viejo continente que consigue estar presente en la final de una competición europea. El Villarreal, que este jueves eliminó al Arsenal gracias a su empate sin goles en Londres (2-1 en la ida), disputará la primera final de su historia. La ciudad castellonense, de 51.000 habitantes, se convertirá el próximo 26 de mayo, la fecha del partido decisivo ante el Manchester United, en la tercera más pequeña presente en la final de una competición continental. Un encuentro que se jugará en el Estadio de Gdansk (Polonia) tres días antes del duelo fratricida entre Manchester City y Chelsea por levantar la Champions. Solo los equipos de dos ciudades más pequeñas que Villarreal han jugado una final continental a lo largo de la historia de las competiciones europeas. Concretamente, Mónaco, que con 39.000 habitantes estuvo presentes en el partido decisivo de la Champions 2004 y en el de la extinta Recopa 1992, y Bastia. Los 43.000 habitantes de esta urbe francesa estuvieron pendientes de su club en la final de la Copa de la UEFA 1978. Además de Mónaco, Bastia y Villarreal, solo los equipos representantivos de otras dos ciudades con una población inferior a 100.000 habitantes pueden presumir de haber jugado la final de una competición europea. Se trata de Malinas (Bélgica), cuyo club más representativo estuvo presente en la final de la Recopa 1988, y Szekesfehervar, ciudad húngara que animó al Videoton en en el duelo en el que este equipo peleó por la UEFA 1985. De las cuatro ciudades de menos de 100.000 habitantes que han estado presentes en una final europea, solo Malinas pudo celebrar el título de su equipo. Villarreal, que el próximo 26 de mayo se convertirá en la quinta de la lista, buscará reeditar el éxito de la pequeña población belga cuando levantó la Recopa 1988. Cuatro decepciones en semifinales Después de caer eliminado cuatro veces en las semifinales de una competición europea, el club presidido por Fernando Roig vio cumplido este jueves el sueño que perseguía desde su llegada a la entidad. Maleficio internacional que comenzó en la temporada 2003-04, cuando el Valencia dejó al equipo amarillo fuera de la final de Copa de la UEFA. En 2006, el Arsenal, su rival este jueves, le apartó de la final de la Champions en una eliminatoria marcada por el penalti fallado por el argentino Riquelme en el partido de vuelta. También se frustró el sueño de pisar una final europea en 2011, cuando el Oporto eliminó a los castellonenses en las semifinales de la Europa League. Decepción que se repitió en 2016, cuando el Liverpool le impidió meterse en la final de esa misma competición. El jueves, en Londres, el Villarreal acabó con todos los fantasmas y ahora sus aficionados ven más cerca que nunca la posibilidad de levantar el título internacional que llevan años persiguiendo.