Aunque el Barcelona no tiene la clasificación matemáticamente asegurada para los octavos de final y mucho menos la primera plaza que otorga el factor campo a favor en la siguiente ronda, Koeman apostó por un equipo plagado de suplentes para jugar ante el Dinamo de Kiev. Ya se presagiaba un «once» desconocido después de las numerosas bajas por lesión (Piqué, Umtiti, Araújo, Ansu Fati y Sergi Roberto no viajaron por baja médica) y las dos ya conocidas por decisión técnica, como son las Leo Messi y Frenkie de Jong. De esta manera, el equipo que se jugará el pase esta noche en Ucrania estará formado por Ter Stegen bajo palos, Dest y Júnior Firpo en los laterales, Mingueza y Lenglet en el eje de la zaga, Pjanic y Aleñá en el doble pivote, con Trincao y Coutinho y Pedri por detrás de Braithwaite, que será la referencia en ataque. De esta manera, Jordi Alba, Dembélé y Griezmann partirán desde el banquillo, acompañados por Neto, Riqui Puig, Matheus y Konrad.
Será una buena oportunidad para jugadores como Coutinho, que regresan tras una lesión, o de Junior Firpo, al que habitualmente barra el paso Jordi Alba. También Dest tendrá la oportunidad de demostrar los elogios que recibió cuando se le fichó y que aún no ha gozado de la continuidad que esperaba. Aleñá, que solo ha disputado ocho minutos esta temporada tendrá una gran ocasión para reclamar más protagonismo. Si sorprendió la ausencia de Messi, que se quedó en Barcelona en un partido de Champions, también ha generado cierta sorpresa la suplencia de Griezmann, que ayer mismo se reivindicaba en una entrevista en Movistar, asegurando que su relación con Messi era muy buena y que se sentía la diana de las críticas.
