El Espanyol se aferra al sueño europeo

Lo avisó Rubi en la previa. «Al primer partido que perdamos se acaba el sueño de Europa», advertía el técnico para concienciar a sus jugadores y al entorno de los peligros que entrañaba la visita del Alavés. Los de Abelardo visitaban Cornellá a las puertas de la zona noble de la Liga y con la intención de confirmar su buena temporada. Pero se estrellaron en el feudo perico. Un excelente pase filtrado de Melendo lo aprovechó Pedrosa en velocidad para batir a Pacheco y poner en ventaja a los blanquiazules mediada la primera parte. Estaba desconocido el equipo vitoriano, acostumbrado a grandes gestas esta temporada. La primera parte discurría cómoda para el Espanyol. Darder se sentía en su salsa moviendo al equipo. La confianza es clave en el rendimiento y la del centrocampista está a tope tras sus últimas actuaciones. Pero no todo era vino y rosas para Rubi. Poco después del tanto de Pedrosa perdía a Rosales, que se dolió y pidió el cambio. Entró el reciente renovado Javi López con una hora de partido por delante. Y si las cosas iban mal para el Alavés, aún empezaron peor en la segunda parte. A los tres minutos de la reanudación daba otro zarpazo el equipo de Rubi. En el afán de despejar un balón, Laguardia batía a Pacheco y difuminaba las intenciones de remontada del Alavés. Pero lejos de tirar la toalla, el equipo vitoriano echó mano del pundonor y se lanzó sobre la meta de Diego López tratando de justificar que se encuentra en la zona alta de la tabla por méritos propios. Tanto amor propio tuvo su premio. El que obtuvo Calleri en el minuto 56 al aprovechar un centro al área para revolverse y batir a Diego Lopez. Cómo no, apareció el VAR para estudiar concienzudamente la jugada y mantener la incertidumbre en Cornellá. Finalmente, el tanto subió al marcador y el Alavés se creció. En el tramo final del partido, Rubi y Abelardo decidieron poner fin al duelo particular que se vivía entre los aficionados de China y de Japón. Wu Lei (min.64) y Inui (min.78) fueron sustituidos, dejando sin alicientes a los seguidores que apostaron por congregarse ante el televisor en el continente asiático. Al final, el partido se alargó siete minutos. Los rugidos estomacales de los seguidores que acudieron al RCDE Stadium se oían desde los aledaños. Con el pitido final, los aficionados del Espanyol pudieron irse a comer esperanzados con la posibilidad de verse el próximo año viajando por Europa, aunque ahora debe certificarle en su visita al Levante. El Alavés, por su parte, ve frenada su aspiración continentala la espera de lo que hagan Valencia, Sevilla y Getafe.