Épica remontada del Ximénez ante el Huesca (27-21) e histórica clasificación para la Final-8 de la Copa

Noche memorable en Puente Genil. Entre una apoteosis de júbilo, el Ángel Ximénez AVIA Puente Genil avasalló al Bada Huesca en una segunda parte excelsa e inmortal para revertir la eliminatoria y adentrarse, por segunda vez en su historia, en la fase final de la Copa del Rey, prevista entre el 4 y el 6 de mayo en Madrid. El equipo que ondea la bandera Puente Genil rotula su nombre entre los ocho equipos más lustrosos de la geografía nacional. El Bada Huesca se posicionó firme y riguroso en la pista, procurando erosionar la psicología colectiva tanto de su adversario como la germinada en el ambiente. El impaciente gol de Álex Marcelo ilustró la disposición del cuadro de Nolasco. Julián Ruiz seleccionó a Fran Bujalance –relevo del lesionado Curro Muñoz- y a Chispi para su siete inicial, emprendiendo las maniobras ofensivas con Juanlu Moyano y David Jiménez. El cuadro aragonés conformó una retaguardia férrea, perseverante en el bloqueo de los balones que propulsaban sus oponentes. La solución inicial hallada por el Ángel Ximénez surgió en un contragolpe adecuadamente resuelto por el capitán Cuenca. La fortaleza defensiva del Bada Huesca aumentaba en idéntica proporción que las precipitaciones y las decisiones erróneas de los locales ante la meta protegida por Jorge Gómez. El lateral derecho del plantel Álex Marcelo computó tres tantos en los primeros seis minutos, detectando siempre rendijas entre los efectivos que antecedían a Jorge Oliva. Las intervenciones del portero sevillano y los aciertos de Leo Almeida y David Jiménez inspiraron al Ángel Ximénez hasta equilibrar el duelo (6-6, minuto 12). El rendimiento de los moradores del Alcalde Miguel Salas mantuvo la evolución, favorecido por la determinante colaboración en la recuperación e intercepción de balones prestada por Chispi. Un pronunciamiento atinado de Juanlu Moyano colocaba en ventaja a los de Julián Ruiz. El Bada Huesca se afanaba en impedir fugas del Ángel Ximénez, repartiendo la producción en la portería ajena entre elementos como Bonanno, Adriá Pérez y Alberto Val. Jorge Oliva, rígido en su arco, y Nacho Moya, irrefrenable en las antípodas, propiciaron la máxima diferencia antes del intermedio (10-8, min.19). Ante esta tesitura, Nolasco solicitó un tiempo muerto y el Bada Huesca recuperó la homogeneidad al descanso. La cabalgada ilimitada del Ángel Ximénez se demoró y en la fase originaria del segundo acto la remontada presagiaba se considerada utópica. Las apariciones de Daniel Arguillas en los tres palos, la efectividad de Álex Marcelo y los infortunios en los lanzamientos afianzaban el margen obtenido por los discípulos de José Francisco Nolasco en la ida. El Ángel Ximénez acusaba los siete metros errados hasta que la primera exclusión de Gonzalo Carró, los relámpagos fulgurantes de David Jiménez y las salvaciones postreras de Jorge Oliva dotaron de verosimilitud al frenesí. A diez minutos de la conclusión, la distancia se amplió a tres tantos (22-19, min.50), al convertir un penalti Costa Dias y arrebatarle Álvaro de Hita otro a Gerardo Carmona. La ilusión brotaba incontrolable en un recinto deportivo escaso de espectadores y los contraataques de Fran Bujalance, los rescates de los esféricos de Cuenca y la jerarquía de David Jiménez aclararon la gesta. Ni la roja descalificante a Leo Almeida, por desplazar con la rodilla a un contrincante, detuvo el alud de los suyos. Dos exclusiones simultáneas a Bonnano y Carró desestabilizaron a un Bada Huesca que solo sumó ocho unidades en el período segundo y tres goles encadenados de Costa Dias, Cuenca y David Jiménez alargaron la supremacía hasta los seis goles –cinco goles hubieran bastado para lograr plaza en la última fase del torneo copero por la estadística de tantos a domicilio- y el Ángel Ximénez ratificó una conquista justa y necesaria que lo catapulta a la cúspide del balonmano español. Jugará por segunda vez en su historia la fase final de la Copa del Rey.