Manuela y Cristina González, las artistas del balón
Música y deporte. Son las dos pasiones que compaginan nuestras 'artistas' del balón: Manuela y Cristina González. Ambas son jugadoras del Alevín Femenino al mismo tiempo que tocan un instrumento en el Conservatorio Jesús de Monasterio de Santander. Las dos futbolistas del equipo dirigido por Marcos Gómez, que compite cada fin de semana en el Grupo E de Tercera Alevín, cursan enseñanzas elementales de violín y fagot, respectivamente.
Manuela dio sus primeros pasos en la pista del colegio junto a sus compañeros hasta que un día le pidió a su madre apuntarse a un equipo de fútbol. Así es como se inició en la Escuela Deportiva Municipal de Villaescusa y, tras ello, le llamó el club. Ella misma dice estar "muy a gusto con mis compañeras y entrenadores", al igual que confiesa que "es diferente jugar con niños y niñas, ellos tienen más intensidad, meten más cuerpo y son más fuertes". Por su parte, Cristina acudía siempre a ver los partidos de sus amigas hasta que un día decidió apuntarse a un campus racinguista. Esa fue el motivo que la hizo adentrarse en el fútbol. Empezó en el Racing Féminas y esta temporada juega en el Alevín Femenino. Es su primer año defendiendo la elástica verdiblanca y, aunque al principio estaba "algo nerviosa", reconoce que la experiencia está siendo "muy buena".
La dorsal '9' del Alevín Femenino reconoce que empezó primero su pasión por el balón. Sin embargo, la música también llegó pronto, concretamente, en el colegio. "Me gustaba y se me daba bien, mis amigas iban al conservatorio y me animaban a que fuera así que un día me animé a probar. Al principio no me gustaba el violín, quería tocar el violonchelo pero cuando fui ya no quedaban plazas y el más parecido era éste, por eso me quedé con él", explica la alevina. Al contrario que su compañera, Cristina confiesa que "cuando decidí jugar al fútbol ya estaba en el conservatorio. La primera vez que fui a pedir un instrumento no había nada, a la segunda elegí el fagot porque ya lo había visto antes y me parecía original".
La concentración, clave
En su segundo año tocando este instrumento de cuerda, Manuela explica que es "interesante, es tan pequeño que si te equivocas suena totalmente distinto. Necesitas mucha concentración al igual que a la hora de jugar y eso me ayuda luego en el campo". Con tan sólo 10 años la alevina compagina jugar al fútbol en las Instalaciones Nando Yosu, ir al Conservatorio tres veces a la semana y continuar con sus estudios de Educación Primaria: "Es difícil compaginarlo todo, a veces las horas no te encajan, por eso tienes que tener un planning en la cabeza de que las cosas tienen que salir de una forma concreta". La dorsal 6' racinguista acude dos días a la semana al conservatorio y también hace coro: "Me da tiempo a todo porque nos hemos organizado bien. Los martes salgo corriendo de coro a las seis y media porque el entrenamiento empieza a las siete menos cuarto y me cambio en el coche, pero merece la pena".
Manuela, además, ha sido dos veces convocada con la Selección Cántabra Femenina Sub-12 y explica que "soy de primer año entonces que te llamen es un orgullo. Es una motivación extra, tengo más ganas de seguir esforzándome para poder volver". Sobre sus estudios, Cristina explica que "me organizo el fin de semana con el horario del partido para poder estudiar por las tardes. Además, los miércoles no tengo ninguna actividad extraescolaar entonces aprovecho ese día para preparar los exámenes". A pesar del esfuerzo que implica todo ello, las jugadoras lanzan un mensaje positivo a las niñas que, como ellas, quieran lanzarse a probar un nuevo deporte o actividad: "Por intentar algo no hay que pasar vergüenza. Hay que quitarse el miedo de creer que no puedes hacer algo, si quieres y tienes ganas, puedes".