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[INFORME] Los controles sanitarios en el Río Pinto destaparon un escándalo en el ciclismo Argentino

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El fin de semana se disputó la tradicional carrera de mountain bike Desafío al Río Pinto, organizada por el Club Amigos del Deporte. Varias semanas antes del evento, los organizadores anunciaron que, tanto en la previa como en post, realizarían “controles antidopaje”.

Se estableció un reglamento antidopaje, basado en las normas internacionales, pero no hubo ninguna entidad oficial encargada de realizarlos. En consecuencia, estos controles no tendrían ningún valor legal, por tal motivo, simplemente, los controles serían sanitarios y cada uno de los inscriptos, debería estar disponible para realizarlos.  

Estos controles sanitarios previos, intentaban, determinar los niveles de hematocrito y hemoglobina en sangre de los deportistas, y, según el reglamento establecido, quienes lo infringieran, no sería autorizado para largar la prueba, y el valor de la inscripción sería devuelto.  

Comienzo del problema

El sábado, en una nota realizada en Radio Mitre Córdoba, Jorge Moreno, Presidente del Club de Amigos del Deporte, destapó la olla e hizo público que varios corredores no pasaron los controles sanitarios previos, dando referencia, a que el campeón defensor, Cristian Ranquehue, era uno de ellos.

Al mismo tiempo, otros miembros del Club Amigos del Deporte, salieron a desparramar los nombres de los corredores que no superaron los controles en distintos grupos de whatsapp e incluso comunicándose con periodistas “para pasar la info off the record”.

La bola comenzó a hacerse tan grande que, el lunes a última hora, el Club Amigos del Deporte, intentó a aclarar lo ocurrido e indicó que “los controles son preventivos, no implican detección de sustancias prohibidas. La organización no ha hecho público el listado de corredores apartados”  

No es la primera vez que el evento realiza controles. Ya los habían hecho en 2016 y bajo normas internacionales. En aquella oportunidad, todas las muestras resultaron negativas. No se repitió el proceso por los altos costos y la demora para obtener los resultados. 

Al mismo tiempo, la Unión Confederación Ciclista de la República Argentina (UCRA), salió a despegarse del escándalo y anunció en un comunicado que “la carrera no es fiscalizada, ni organizada, ni tiene relación alguna con la Unión Ciclista de la República Argentina, ya que se trata de un evento privado”.

También la Comisión Nacional Antidopaje (CNAD), hizo saber que “no hemos participado de ninguna manera en los controles antidopaje realizados en la competencia Desafío al Río Pinto. La Comisión Nacional Antidopaje actúa conforme a las normas vigentes en materia de dopaje, Ley 26912 y sus modificatorias, Decreto 649/18”, quitando aún más el valor legal a los controles.

Obviamente, el propio Cristian Ranquehue, en declaraciones al diario El Cordillerano, aclaró que “me hice estudios antes de salir para la competencia y me daban por debajo, la máquina de ellos me dio por encima y de inmediato fui a un laboratorio privado en esa provincia y los resultados volvieron a ser parecidos a los que me hice en Bariloche”.

En búsqueda de los tramposos

Los controles sanitarios realizados por el Club Amigos del Deporte fueron bienvenidos por la mayoría de los 5000 mil inscriptos, que completaron los cupos de la competencia.

No es la primera vez que el evento realiza controles. Ya los habían hecho en 2016 y bajo normas internacionales. Los proceso oficiales, desde que se toma la muestra hasta que se conocen los resultados, suele tardar varias semanas, incluso, meses, por tal motivo la medida no causó el efecto que si se tuvo este año. Cabe destacar que en aquella oportunidad, todas las muestras resultaron negativas.

Luego, no se volvieron a realizar controles oficiales, y este año se implementó esta medida privada y sin una entidad oficial que lo avale.  

En diciembre de 2017 la Cámara de Senadores aprobó la Ley 26912. La misma detalla un nuevo régimen jurídico para la prevención y el control del dopaje en el deporte. La ley establece que las federaciones deportivas nacionales deben aceptar estas normas antidopaje e incorporarlas directamente o por referencia en sus estatutos y reglamentos como parte de las normas deportivas.

El Club Amigos del Deporte, al igual que otras carreras en el país, son eventos privados y no responden a ninguna federación o ente oficial. Aquellos organizadores privados que esten interesados en realizar controles, pueden hacerlo contratando a una entidad homologada por WADA o a través de las federaciones quienes gestionan ante las autoridades correspondientes, en este caso el CENAD.   

Aquí también se desata el conflicto existente entre organizadores y entidades federativas, que por un motivo u otro, no logran alinearse en el tema de los controles, derivando hoy en este escándalo.

En este caso, se puede interpretar que la UCRA salió a despegarse del escándalo porque uno de los 10 ciclistas de elite que fueron imposibilitados a largar el Río Pinto, por valores de hematocrito altos, había sido medallista en el Campeonato Argentino de ruta una semana antes. Paradójicamente, y ante los hechos conocidos de positivos en el ciclismo de ruta durante las últimas dos ediciones de la Vuelta a San Juan, los últimos dos Campeonatos Argentinos de La Plata y el reciente de Santiago del Estero, no tuvieron controles antidoping.  

También el CENAD podría haberse involucrado de forma independiente, como lo ha hecho en otros eventos deportivos, o en otras carreras de ciclismo como la Doble Bragado, para ¨fomentar la protección de la salud de los deportistas, el juego limpio en el deporte; y la propia dimensión ética del mismo¨ según resalta en su sitio web.

Sin embargo, esta entidad creada de urgencia tras la aprobación de la ley para cumplir con los requerimientos internacionales previo a los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018, hoy cuenta con un presupuesto reducido, que le imposibilita trabajar en las mejores condiciones.  

El Club Amigos del Deporte no es la primera organización privada que hace controles antidoping. Por ejemplo EventLive, realizadora de las pruebas del circuito mundial Ironman en Argentina, realiza controles bajo normas internacionales, ejecutados por una entidad privada que opera en el país y que es homologada por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA). En el Ironman 70.3 de Nordelta 2017, la ganadora femenina resultó positivo y fue suspendida por cuatro años.

También, el año pasado en los 21k de Buenos Aires, se realizaron controles antidoping, gestionados desde la organización privada a las autoridades federativas y estas al CENAD. 

Aunque la realidad es que la mayoría de los organizadores privados no hace nada por controlar a los participantes de las pruebas deportivas y las federaciones, carecen de presupuestos ni capacidad para gestionar la realización de controles mediante entidades oficiales. 

Doping en el ciclismo argentino

En los últimos dos años se han conocido diferentes casos de ciclistas argentinos que dieron doping positivos en competencia, bajo controles de organismos autorizados.

La Vuelta a San Juan, en las últimas dos ediciones, reveló que el ganador de la general 2018, Gonzalo Najar y el campeón de la montaña 2019 Daniel Zamora, entre otros casos.

En la Doble Bragado 2018, la tradicional carrera bonaerense una de las más importantes del país, autoridades del CENAD fueron a la etapa de Bragado a realizar controles sorpresivos desatando un escándalo, corredores negándose a realizar análisis, otros escapando de las autoridades y otros que resultaron positivos aunque nunca se los sancionó.

Ante estos hechos, el Comité Olímpico Argentino, a través de su presidente, amenazó a la FACPyR a quitarle todo tipo de apoyo al deporte si se continuaban apareciendo casos positivos. Sin embargo, no se incrementaron los controles. 

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