Brotes verdes de España en la NBA

Los cambios generacionales siempre son duros porque, de antemano, todo tiempo pasado fue mejor. El baloncesto español en la NBA busca una nueva identidad tras la marcha gradual de sus mitos y toda la responsabilidad recae ahora sobre los jóvenes jugadores, algo desapercibidos, escondidos incluso, en los primeros compases de la temporada. Con un cuarto del calendario de la fase regular cumplido, solo Ricky Rubio había dado muestra de autoridad en los Cleveland Cavaliers, el último superviviente de una generación de oro ahora prácticamente extinta. Sin embargo, en las últimas jornadas un nombre ha mostrado buena forma y ganas de reivindicar al baloncesto nacional (y a sí mismo) al otro lado del Atlántico. Willy Hernangómez comienza a enlazar buenos partidos en los New Orleans Pelicans. Toda una sorpresa pues el pívot madrileño había sido excluido en los primeros pasos del equipo en la nueva temporada, tanto que incluso tardó varias semanas en quitarse el chándal para hacer su debut oficial en la campaña 21/22 (comenzó el 19 de octubre y Willy disputó sus primeros minutos el 4 de noviembre). Agua pasada porque, al menos de momento, el español se ha hecho un hueco en la rotación. Ayer, los Pelicans vencieron a Los Angeles Clippers (123-104) con nueve puntos y seis rebotes del ex del Real Madrid en tan solo 16 minutos sobre la pista. Su mejor actuación, sin embargo, fue el pasado sábado, cuando acabó con 13 puntos, ocho rebotes y cinco asistencias en la victoria de los suyos sobre Utah Jazz (98-97). «Me mueve el amor por el baloncesto y la pasión que tengo por este deporte. El juego es super divertido», declaró Hernangómez tras el encuentro. Su reivindicación puede sorprender a más de uno, pues el jugador, de 27 años, es uno de los españoles de la NBA que más años lleva en la liga. Una trayectoria de altibajos en la que ha pasado por tres equipos (New York Knicks, Charlotte Hornets y los ya mencionados Pelicans) en seis campañas. Inestabilidad que parece disminuir con el madrileño siendo una pieza importante de un equipo que, pese a ocupar las plazas más bajas de la conferencia Oeste, parece resurgir. Si Willy porta buenas noticias, el resto de españoles siguen reducidos al anonimato en sus respectivos equipos. Su hermano Juancho, en los Boston Celtics, solo ha acumulado 38 minutos en los 20 partidos disputados por el equipo. Los dos debutantes tampoco gozan de mejor suerte: el canario Santi Aldama solo salta del banquillo cuando los Memphis Grizzlies tienen sentenciado el partido, para bien o para mal, y Usman Garuba ha visto cómo los Houston Rockets le han enrolado en la liga de desarrollo, una práctica común para los jóvenes a los que les cuesta adaptarse al baloncesto estadounidense. Momentos difíciles para una generación que tiene la titánica misión de sustituir a los mejores jugadores de la historia de España. Todos los inicios son difíciles.