Cálido ambiente familiar en el triunfo de Tigres sobre Diablos

Un día soleado para un gran juego de béisbol como lo es la Ex Guerra Civil, donde Diablos Rojos del México y Tigres de Quintana Roo llegaban al tercer juego de la serie para definir quien era el vencedor, ya que todo estaba 1-1.

Las gradas lucían con poco ambiente en el arranque de este partido, pero al término de la segunda entrada, éstas comenzaban a verse con más afición, pues las porras lo decían todo, quienes realmente no se habían perdido de mucho debido a que la pizarra se encontraba en ceros por ambos lados.

Fue hasta la tercera entrada cuando vibró el Estadio Alfredo Harp Helú, ya que entraron las primeras dos carreras de la novena escarlata, la primera de caballito por parte de Armando Araiza; mientras que Carlos Figueroa fue el autor de la segunda; con las cuales, la afición de los pingos celebró y le puso sazón al juego.

Pese a que en los siguientes dos episodios se mantuvo la pizarra a favor de los Diablos 2-0, se podía sentir el ambiente cien por ciento familiar por parte de las dos porras, desde bebés hasta gente de la tercera edad.

Los problemas para el equipo capitalino llegaron en el sexto episodio, cuando los Tigres le dieron la vuelta al marcador 3-2, llegando los abucheos por parte de los locales, pero que también fue aplaudido por la porra del equipo quintanarroense, que con mucho orgullo ondeaban sus banderas.

Y aunque el marcador no se quedó ahí, ya que la serie fue a favor de los Tigres, tras vencer 5-2 a los Diablos Rojos en el tercer juego, lo mejor se vino en las gradas con el intercambio de porras entre las dos aficiones, que se quedó solo en rivalidad deportiva.

El juego concluyó y la celebración se traspasó a los alrededores del Estadio Alfredo Harp Helú, siendo la porra de los bengalíes la que le puso sabor al festejo pese a ser minoría en la casa de los Diablos Rojos.

FCM