"Vinicius y Lamine, tal para cual"
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El Clásico llegó precedido por la gambada de Lamine y tuvo un cierre condicionado por lo mismo, con una gresca que el partido no hubiera provocado por sí mismo. Los madridistas, con Carvajal y Courtois a la cabeza, tenían muy incubado el agravio y de ahí la escena, en la que por supuesto destacó Vinicius, que en cuanto oyó el pitido final se fue al banquillo del Barça agitando una toalla en busca de bronca.

