SEARCH & RIDE – RIGLOS: La montaña que me quitó la bici
SEARCH & RIDE – RIGLOS EPISODIO 1. Hay lugares que se te quedan grabados en la piel. Sitios que no se visitan, se viven. Riglos es uno de ellos. Situado a unos 45 kilómetros de Huesca capital, en el corazón del Prepirineo aragonés, este pequeño pueblo de apenas 60 habitantes se alza a los pies de una de las formaciones rocosas más impresionantes de España: los Mallos de Riglos.
Desde lejos parecen una muralla de otro planeta: torres gigantes de conglomerado rojizo que alcanzan los 300 metros de altura, esculpidas por millones de años de viento, lluvia y paciencia.
Para los escaladores, este es territorio sagrado. Desde mediados del siglo XX, los Mallos han sido escenario de gestas legendarias: la apertura del Mallo Pisón, el Fire o la Visera marcó una época dorada del alpinismo español. Escalar aquí no es solo una cuestión deportiva, es un rito.
Cuando llegué con mi furgoneta al pie de los Mallos, sentí que estaba frente a algo más grande que yo. Las paredes, teñidas de rojo al amanecer, proyectaban sombras sobre el pequeño caserío, y los buitres leonados sobrevolaban el cielo como patrullas ancestrales. De hecho, Riglos alberga una de las colonias de buitres más grandes y activas de Europa. Cientos de ejemplares viven y anidan en las cornisas de los Mallos, aprovechando los vientos térmicos que suben desde el valle del Gállego. Sus planeos son tan majestuosos y silenciosos que, por momentos, sientes que el tiempo se detiene. Ellos fueron mis compañeros durante toda la aventura; guardianes alados que parecían observar cada uno de mis movimientos.
SEARCH & RIDE – RIGLOS (El plan)
El plan era sencillo —al menos sobre el papel—: grabar el primer episodio de mi nueva serie “Search & Ride”, combinar una ascensión por la vía ferrata de Cubilillo os Fils o también conocida como Mirador de los Buitres y un descenso en mountain bike entre sus formaciones. Pero si algo he aprendido viajando por el mundo con mi bici, es que la montaña siempre tiene la última palabra.
El amanecer en Riglos es un espectáculo que ningún filtro puede mejorar. La luz dorada baña los mallos, el aire huele a romero y tomillo, y el rumor del río Gállego, que serpentea al pie del pueblo, pone la banda sonora.
Cargué mi bici a la espalda y comencé a subir por la vía ferrata, una de las más aéreas y emocionantes de Aragón. Escalones de hierro, cables tensos y la sensación constante de flotar sobre el vacío. A cada paso, el pueblo se hacía más pequeño y el horizonte más grande.
La experiencia era dura pero mágica… hasta que el destino decidió intervenir. Un enganchón en una roca hizo que la sujeción se partiera, y mi bici —mi compañera inseparable de tantas aventuras— voló al vacío. La vi caer en cámara lenta, rebotando contra la roca hasta perderse en la maleza. En ese momento, el silencio se hizo absoluto. La montaña me había quitado la bici.
Podría haber terminado ahí. Podría haber bajado derrotado. Pero Search & Ride no va de rendirse. Va de buscar. De insistir. De volver donde nadie lo haría. Así que decidí bajar en modo “emergencia” sin cadena, con algunas piezas dobladas y la rueda trasera perdiendo aire. Volví a casa y pase toda la noche pensando en la bajada y me dije: “esto no puede quedar así” así que al día siguiente regresé, con otra bici, los músculos doloridos y el orgullo intacto. El sol volvía a incendiar los Mallos, y los buitres parecían esperarme para presenciar la segunda parte de la historia.
El descenso fue una explosión de adrenalina y respeto. Rodar entre los Mallos es como deslizarte por el corazón mismo de la tierra. Las sendas estrechas, la roca suelta, los precipicios que se abren a un paso del manillar… Cada metro exige concentración y humildad.
Pero también hay belleza: el canto de los pájaros, el viento caliente del valle, las sombras que cambian de color a medida que avanza el día. Desde lo alto, el río Gállego brilla como una cinta de plata, y el pequeño pueblo de Riglos parece una maqueta perdida entre gigantes.
Mientras descendía, pensé en la historia que guardan estas piedras. Aquí, pioneros del alpinismo español como Rabadá y Navarro escribieron páginas heroicas en los años 50 y 60, abriendo vías imposibles con material rudimentario y un valor inquebrantable. Hoy, esas mismas paredes siguen atrayendo a escaladores de todo el mundo, a fotógrafos, a soñadores… y ahora también, a un ciclista que decidió desafiar la gravedad con una bici a la espalda.
Cuando por fin llegué al fondo del valle, exhausto y cubierto de polvo, comprendí que lo que había vivido iba más allá de una aventura deportiva. Era una lección. Riglos no fue solo un escenario; fue un maestro. Me enseñó que en la montaña —como en la vida— hay momentos en los que hay que soltar para poder seguir bajando.
Y así nació Search & Ride: un viaje sin mapas, sin guion, donde cada pedalada es una pregunta y cada montaña, una respuesta. Un proyecto que busca las rutas más salvajes, los lugares más remotos y las historias más humanas que se esconden detrás de cada sendero.
Riglos fue solo el principio. Pero qué manera tan brutal de empezar.
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SOBRE DAVID CACHÓN:
David Cachón es ciclista profesional de montaña, bicampeón del mundo de Biketrial y poseedor de varios Récords Guinness. Conocido por su estilo creativo sobre la bici, sus aventuras extremas y su narrativa cinematográfica, David convierte cada viaje en una experiencia visual que combina adrenalina, humor y autenticidad.
Con proyectos publicados por Red Bull, National Geographic y los principales medios de ciclismo del mundo, sigue empujando los límites de lo posible — siempre con una bici, una cámara y una sonrisa.
SOBRE SEARCH & RIDE:
Search & Ride es un proyecto de aventura salvaje liderado por el mountain biker profesional David Cachón, donde cada viaje se convierte en una historia de exploración, aventura y pura pasión por la montaña.
Desde senderos remotos hasta paisajes legendarios, cada episodio se adentra en el corazón de España (y más allá) en busca de las rutas y spots más épicos para mountain bike, gravel y e-bike.
Más que una serie, es una filosofía de vida: explorar, pedalear y vivir la aventura al máximo.
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Texto & riding: David Cachon
Fotografia: Mito Echevarria
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