La mayoría de deportistas que pelean por una medalla aseguran que la que peor sabor deja es la de plata, fruto de una derrota, porque tanto el oro como el bronce se cuelgan del cuello tras una victoria. No obstante, el metal conquistado por España en la final del Europeo de waterpolo, tras llevar a la todopoderosa Serbia a los penaltis para deshacer un empate trabajado y merecido, tiene tintes dorados. La hegemonía del equipo balcánico en el deporte de la piscina es de tal magnitud que las tablas finales ya tienen gesta de epopeya y arrojan una halo de esperanza sobre el waterpolo español, que consigue su primer metal tras la plata del Mundial de Roma en 2009. Nueve años de sequía para valorar en su justa medida una derrota con valor de victoria.
Era la sexta final de Serbia de los siete últimos Europeos diputados desde que se desintegrara la antigua Yugoslavia. Llegaban a Barcelona con la intención de revalidar el título (ahora suman cuatro consecutivos) y sin dar muestras de flaqueza, eliminando con solvencia en semifinales a Croacia, campeona del mundo que solo pudo hincar la rodilla. Lo que parecía un trámite se convirtió en un sueño para los españoles y en una pesadilla para los balcánicos, que fueron a remolque en el marcador y se las vieron y desearon para llegar a los penaltis. El ejemplo más gráfico de lo que aconteció en la Bernat Picornell quedó reflejado con la reverencia que le hizo Dejan Savic a David Martín. Ejemplo de «fair play», el seleccionador serbio reconoció la gesta de España, que lanzó un claro mensaje: está de vuelta para pelear por una medalla en próximos los Juegos Olímpicos. Basada en un renovado equipo, la selección conserva una amplia experiencia en competiciones internacionales y lo ha demostrado durante este Europeo, como ha quedado patente en la final o en los cuartos de final ante Grecia y la semifinal frente a Italia.
Invictos en el torneo
«Estamos fastidiados, queríamos ganar, hicimos un partidazo, tuvimos a Serbia contra las cuerdas, pero ellos saben trabajar este tipo de partidos. Tuvimos una superioridad en el último minuto, pero ellos defendieron genial. Fue una fiesta del waterpolo. Felicito a Serbia y con el tiempo lo valoraremos», explicó David Martín tras recordar que la selección ganó todos los partidos de este Europeo y solo claudicó en una tanda de penaltis. «Es una final memorable en una noche mágica», añadió el que fuera subcampeón mundial en 2009 como jugador.
«Mis jugadores se dejaron la sangre durante el torneo y ahora solo nos queda levantarnos para volver con más fuerza. No perdimos ningún partido, fuimos competitivos siempre. Debemos creernos que podemos, hay que trabajar, mejorar y se logra con movilidad. Ganar una medalla es difícil, pero lo es más mantenerse en la elite. Sin duda creo que podemos seguir luchando por medallas. Hemos asomado la cabeza y la gente dice que España ha vuelto. Esta generación tiene el talento y si nos lo creemos podemos dar muchas alegrías», explicaba el seleccionador. Desde 2017 dirige a este grupo con la intención de regresar a lo más alto del waterpolo mundial.
El éxito de España no se entendería sin las magistrales actuaciones de Dani López Pinedo, escogido como mejor portero del Europeo. No pudo evitar los goles de Serbia en la tanda de penaltis, pero fue clave para llegar a la final. «La selección ha encontrado el camino a seguir. Tenemos un margen de mejora muy grande y los jóvenes de este equipo tendrán otra oportunidad y seguro que la historia les dará algo», aseguró el cancerbero recogiendo el deseo de un país.
