Swiatek recupera la sonrisa en la Catedral
0
0
Tan dura consigo misma que cualquier cosa era poco. Así, Iga Swiatek sufrió, mucho, durante esta temporada y media en la que no se encontró con su tenis ni con ella misma. Al menos, esa versión que la había hecho triunfar en cualquier escenario y dominar el circuito WTA con absoluta superioridad. Había conquistado su primer Grand Slam con 19 años, en París, en 2020, y encadenó después los de 2022, 2023 y 2024, además del US Open de 2022. En la cima del mundo desde abril de 2022, había pocos resquicios en su tenis, hasta este 2024 lleno de sobresaltos en el que descubrió las profundidades del tenis y de sí misma. Campeona en Qatar, en Indian Wells, en Madrid, en Roma, y en Roland Garros, bronce en los Juegos Olímpicos de París, comenzó su particular trayectoria sin brújula a partir del verano. No solo en lo tenístico, sin títulos a partir de ahí, también en lo personal, con actuaciones fuera de lo que había sido su siempre correcto y limpio comportamiento: enfados con recogepelotas, gritos a los jueces de línea. Y una sanción por dopaje que acabó por manchar su expediente y su desempeño en la pista. Pagó con un mes de sanción (a la carta, en dos partes, y cuando la temporada se había terminado), en septiembre y noviembre, y le ha costado lo suyo reencontrarse. No tanto por resultados: cuartos de final en Australia y Qatar, octavos en Dubái, semifinales en Indian Wells, cuartos en Miami, semifinales en Madrid, segunda ronda en Roma, semifinales en Roland Garros, final en Hamburgo, sino por sensaciones propias, de haber perdido ese dominio interno y externo que la hizo reina de los sets ganados por 6-0 y que ahora derivaba en poder perder contra cualquiera. Pero en Wimbledon parece haber encontrado de nuevo el rumbo, su rumbo. Y en un torneo, precisamente, que no ha sido de los mejores en su currículo. Dueña de la tierra batida, le costaba a la polaca moverse sobre el verde, pero ahí está, en semifinales con orden y exactitud. Solo se ha dejado un set en el camino hasta aquí, contra McNally, pero se levantó a lo grande (5-7, 6-2 y 6-1); el resto, impoluto y veloz: Kudermetova (7-5 y 6-1), Collins (6-2 y 6-3), Tauson (6-4 y 6-1), Samsonova (6-2 y 7-5). Y acepta el reto de Belinda Bencic este jueves para inaugurar su presencia en la final de Wimbledon. Recuperado el paso, la 4 del mundo no quiere detenerse. Pero tendrá enfrente a Belinda Bencic, que también disfruta de sus mejores momentos en este Wimbledon 2025. La suiza ha sufrido algo más para alcanzar la penúltima ronda, pero el resultado es el mismo: peleará por su primera final en un Grand Slam con todo, y con su hija en la grada, Bella, que nació en abril. Parks (6-0 y 6-3), Jacquemot (4-6, 6-1 y 6-2), Cocciaretto (6-4, 3-6, y 7-6 (10-7)), Aleksandrova (7-6 (4) y 6-4) y Andreeva (7-6 (3) y 7-6 (2)) han probado sus ganas de regalarse un primer título de los grandes. La suiza, 28 años y 35 del mundo, comenzó a jugar al tenis en la escuela de Melanie Molitor, madre de Martina Hingis. Y es ahora cuando despunta en la hierba, pues nunca había pasado de octavos en este Grand Slam, aunque ya sabe lo que son jugar unas semifinales de un grande, pues lo hizo en 2019, en el US Open, su mejor torneo hasta ahora.