Circunnavegar el planeta pasando por los dos polos

Dar la vuelta al mundo en vertical. Este es el reto que se han marcado los navegantes Paula Gonzalvo y Pedro Jiménez, cuando el pasado día 15 de noviembre zarpaban desde el puerto de Castellón con el velero 'Alegría Marineros', en una aventura sin precedentes y que durará aproximadamente unos 12 meses: realizar la primera circunnavegación del mundo por mar conectando los dos Polos, el Norte y el Sur, en un trayecto vertical, sumando más de 35.000 millas náuticas (cerca de 65.000 kilómetros) y recorriendo los cinco océanos. A bordo, dos capitanes que han vivido y respirado mar durante años: Paula Gonzalvo (Allende los mares) y Pedro Jiménez (Alegría Marineros). Esta expedición, bautizada como Vuelta al Mundo Vertical, combina aventura extrema, ciencia y compromiso medioambiental, y se perfila como una hoja de ruta inédita en la historia de la navegación mundial. La planificación exige unos tiempos estrictos: recorrer primero el hemisferio sur en el verano austral (diciembre-enero) y luego lanzarse hacia el norte (junio-julio) para aprovechar luz continua, hielo reducido y condiciones más favorables. A diferencia de las circunnavegaciones tradicionales, que suelen seguir latitudes o rutas ecuatoriales, esta travesía adopta un eje vertical que conecta el meridiano 0° al 180°, surcando la Antártida (sur) y el Ártico (norte). En palabras de Paula Gonzalvo: «nos dimos cuenta de que nunca se había hecho: unir los dos círculos polares en una vuelta al mundo a vela. Es un gran desafío porque implica rodear la Antártida y luego atravesar el Paso del Noroeste entre Canadá y Groenlandia». El 'Alegría Marineros' es un velero de 21 metros de eslora, construido en aluminio y reforzado para entornos polares: dos pilotos automáticos, dos radares, múltiples GPS, cinco cámaras, triple comunicación satelital y sistemas energéticos duplicados que garantizan la seguridad en las condiciones más extremas. Paula aporta más de 65.000 millas navegadas, mientras que Pedro supera las 200.000, incluyendo numerosas travesías polares. Su experiencia acumulada será clave para afrontar etapas de hasta 100 días sin escalas en la Antártida y sin posiblidad de contactar con vida humana a miles de millas de distancia, con lo que cualquier contratiempo puede suponer un problema. Vuelta al Mundo Vertical no se queda en la mera hazaña. La expedición tiene un marcado carácter científico: recogida de muestras de biodiversidad marina, análisis de microplásticos en aguas polares, registro de paisajes sonoros marinos para estudiar mamíferos y ruido antropogénico, y mediciones meteorológicas y oceanográficas en tiempo real. Instituciones como la Universidad de Alicante, el Instituto Multidisciplinar Ramón Margalef, la Década de los Océanos de la ONU y True World respaldan el proyecto. Además, los seguidores podrán seguir en directo desde cualquier parte del planeta gracias a cámaras instaladas y datos compartidos durante la travesía. Más allá de la miles de millas, es un proyecto que busca inspirar, educar y evidenciar la vulnerabilidad del planeta. Al navegar en las regiones más remotas, Paula y Pedro mostrarán de primera mano los efectos del cambio climático, la contaminación marina y la urgencia de cuidar los océanos. Simultáneamente, su iniciativa promueve la igualdad de género en la navegación deportiva y la cultura marinera española. Para España, la Vuelta al Mundo Vertical representa una oportunidad de proyección internacional. Con su tradición marítima, industria náutica y talento creciente, el país puede situarse a la vanguardia de la exploración oceánica. «El reto es muy exigente», admite Paula, «pero estamos preparados para dar un paso adelante y mostrar que la vela española también apuesta por la gran exploración». Este proyecto combina aventura, ciencia y conciencia. Es una excursión al límite que, al ser pionera, entra directamente en los libros de historia de la navegación. La Vuelta Vertical no solo marca un hito técnico y deportivo, sino también un símbolo de que la vela puede reinventarse, conectar con otros públicos y generar impacto real. No se conocen expediciones que hayan dado la vuelta al mundo pasando por los dos polos. Desde la primera circunnavegación protagonizada por Magallanes y Elcano, que dieron la vuelta al mundo navegando hacia el oeste, a las más numerosas y tradicionales, ya sean por deportivas (The Ocean Race, Vendée Globe, Global Solo Challenge, etc), que navegan hacia el este cruzando los tres grandes cabos, Buena Esperanza (Sudáfrica), Leeuwin (Australia) y Hornos (Chile); Gonzalvo y Jiménez pueden ser los primeros conocidos en dar esta Vuelta Vertical. No es una competición, es un reto y puede significar un hito. En un mundo donde el mar reclama atención urgente, esta expedición unifica espíritu pionero, tecnología, formación y narrativa. Para los amantes de la náutica, es un faro. Para el país, una señal potente: cuando España se lanza al mar, lo hace para alcanzar lo más lejano.