Raúl Fernández, el triunfo de un talento que parecía perdido
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“Hice todo el último sector de la última vuelta llorando”, confesaba Raúl Fernández, aún con los ojos enrojecidos después de lograr su primera victoria en MotoGP, en el Gran Premio de Australia. Más lo hizo al ver a sus padres en el parque cerrado, que también tenían lágrimas en los ojos. De hecho, Juan Carlos, su progenitor se tiró media carrera rezando y mirando al cielo. Él, un fan de las motos y de la ‘peregrinación’ a Jerez, picó a sus hijos para que se dedicaran a ello. Y eso que a Raúl le gustaba más... el kárate, pues en su primera experiencia sobre dos ruedas se cayó.

