"Valverde no nació para lateral (???)"
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Florentino soñó con una Superliga exclusiva cuyos límites geográficos quedarían circunscritos al oeste rico de Europa y de repente al Madrid le cae este viaje a Almaty, nueve horas de vuelo, más cerca de China que el Bernabéu de Zaragoza. Hay algo de justicia poética en esta pirueta del destino. El Kairat Almaty no está ahí por campeón kazajo, que sería poco mérito, sino por atravesar como un tenaz opositor un filtro en el que tuvo que superar al Slovan de Bratislava, al Kuopion Palloseura finlandés, al Olimpia de Liubliana, la capital eslovena, y al Celtic de Glasgow. Escalar esa pirámide le ha valido el premio de recibir ahora al mejor club del mundo. Es bueno que el mérito tenga recompensa.