Tormentas perfectas
El fútbol español tiene un problema serio de imagen. Todo se ha vulgarizado hasta un punto insostenible. Es una Liga fea y sucia. Desagradable en las formas y en las maneras. Tiene un sobredimensionado estamento arbitral en tela de juicio tras décadas de probada corrupción, clubes sacando comunicados sin parar ( ayer se sumó el Alavés ), extrañas inscripciones fuera de plazo, insultos racistas, directivos macarras, un expresidente de la federación en el banquillo, ultras parando los partidos y unos futbolistas sobreactuados e histriónicos. Todo esto macerado en un ambiente hostil de decadencia e impunidad, entre el esperpento y el absurdo, que se parece bastante a la vida, como decía ese poema de Luis Alberto de Cuenca. La sensación de... Ver Más