Me ha hecho especial ilusión que ganase Ashleigh Barty este Abierto de Australia porque es una jugadora diferente. Es una líder con unos valores muy buenos para el deporte, para las niñas y los niños. Es una número 1 humilde, una número 1 que se preocupa por diferentes causas. Es muy deportiva, se alegra por las victorias de las demás, las felicita. Tiene una conducta ejemplar dentro de la pista.
Todo el mundo la quiere.
Es una número 1 a la que hay que darle mucho valor.
Se sale totalmente de los estereotipos del tenis. Está siendo la más regular en los últimos tiempos. Ha destacado con ese número 1 del mundo y sus tres Grand Slams en los dos últimos años.
No sé si va a marcar una epoca como Mónica Seles o las hermanas Williams, pero sí es la candidata a conseguir más Grand Slams. Sobre todo por cómo es ella y cómo enfoca la competición. Es una jugadora que la victoria y la derrota le afecta de la misma manera. No va su vida en ellos. Sabe que ella es profesional del tenis, trabaja duro para estar arriba, pero su vida va más allá de lo que suceda dentro de la pista. Eso también le hace competir a un gran nivel y mostrar esa tranquilidad en la pista.
Una vez se acaba el partido, sale de la pista y es Ashleigh Barty, una persona normal. Analiza con su equipo lo que ha sucedido y mira hacia delante hasta el próximo partido. Por eso dentro de la pista, a nivel mental, es tan estable y sabe sacar el mayor rendimiento a su juego.
Se echaba de menos una jugadora de sus características, ha demostrado que este estilo de juego hace mucho daño. Estamos acostumbrados a un tenis mucho más directo, más potente y agresivo y ella lleva el tenis hacia otro camino: muchos reveses cortados. En la final contra Daniel Collins, apenas habrá golpeado dos o tres reveses liftados. Pero realmente su estilo es muy efectivo, se sale del juego lineal, recto, potente que nos encontramos hoy en el circuito WTA.
Se echan de menos este tipo de jugadoras, pero es cierto que el tenis ha ido evolucionando a un nivel muy físico. Están todas las jugadoras muy muy fuertes, y se enseña a golpear la bola de la misma manera.
Por eso, su estilo la diferencia del resto y le hace ganar muchos partidos. Cuando las rivales se enfrentan a ella no hay jugadoras de sus características y su juego les incomoda muchísimo. A mí me gusta verla, y la pongo de ejemplo. Pero es cierto que no todas las jugadoras tienen la calidad que tiene ella para poder aplicar el juego que ella tiene.
