Llegan las últimas horas de la fase de grupos de la Champions League, momentos de aritmética, esos que dan validez al refrán de que cada uno recoge lo que siembra. Algunos vivirán la última jornada con el billete de octavos ya en la mano, mientras que otros ya conocen su aciago destino, fuera de Europa hasta al menos la siguiente temporada. Entre cielo e infierno, el purgatorio, esa estancia en la que se mueven los conjuntos que se jugarán el pase en el último partido, sobre la bocina. En esta tesitura se encuentran Villarreal y Sevilla, dos equipos de menos a más en esta edición de la Liga de Campeones. Los castellonenses se enfrentarán al Atalanta en Bérgamo (21.00, Movistar Plus) mientras que los andaluces harán lo propio, también a domicilio, contra el Salszburgo austríaco (21.00, Movistar Plus). La victoria es un bálsamo para ambos pero un empate o una derrota les dejará a merced de otros resultados, una realidad tan excitante para el espectador neutro como taquicárdica para el involucrado.
Entre ambos equipos, el Villarreal es el que parte con algo más de ventaja para obtener la clasificación. Los de Unai Emery viajan al norte de Italia como segundos de grupo (7 puntos), solo superados por el Manchester United (10), ya clasificado como primero. Una victoria o un empate les asegura estar en la siguiente fase sí o sí, pero una derrota les degradaría a la Europa League, una competición con menos pedigrí que la Champions pero que trae grandes recuerdos a los castelloneses, pues fueron campeones en ella la pasada temporada, el primer título en toda la historia del club mediterráneo.
El desafío es mayúsculo, ya que el Atalanta es uno de los equipos punteros del país transalpino, cuartos en liga y entregados absolutamente a su entrenador, Gian Piero Gasperini, valedor de un fútbol eléctrico y vanguardista. También reluce en Bérgamo el colombiano Duvan Zapata, autor de 9 goles en 12 partidos esta campaña y principal amenaza contra el Villarreal, que tendrá que compensar la baja de Yeremy Pino, sensación de los amarillos y que se perderá el duelo por acumulación de tarjetas. Atisba nieve para el encuentro, una inclemencia que nop cambia los planes de Emery. «Es invierno, estamos en Europa y ya sabemos que puede pasar lo de la nieve. Ya lo hemos vivido y la idea es afrontar el partido con nuestra mejor versión», declaró ayer en la previa.
El Sevilla pisa más alambre, en cambio. La victoria les también les convertiría en uno de los 16 mejores equipos de Europa, pero solo los tres puntos en Austria les aseguran este honor. Si estro ocurre y el Wolfsburgo gana en su estadio al Lille francés, los andaluces pasarían como primeros de grupo, todo un éxito si se tiene en cuenta que hace dos jornadas eran los colistas del grupo. En cambio, un empate les mandaría a la Europa League siempre que los alemanes no ganen. Si los teutones ganan y los de Julen Lopetegui sumasen uno o ningún punto, estarían fuera de Europa hasta la campaña que viene. Los hispalenses afrontan tamaño desafío plagados de bajas: Acuña, En-Nesyri, Lamela, Navas y Suso, todos titulares habituales cuando están sanos, está fuera de la convocatoria. Como consuelo, el Salszburgo no vive su mejor momento en competición continental tras dos derrotas consecutivas.
