La meteórica evolución de Paula Badosa en 2021 aún guardaba una sorpresa, un premio inesperado. La española disputa este domingo (20.00 horas, DAZN y Teledeporte) la final de Indian Wells, el último WTA 1.000 de la temporada y considerado el quinto Grand Slam. Badosa derrotó en semifinales a la tunecina Ons Jabeur (6-3 y 6-3) con la misma lección de solidez que le ha llevado superar en esta semana mágica a Gauff, Krejcikova y Kerber. Gane o pierda, la española ha dado un paso de gigante para alcanzar un último regalo, pues entra de lleno en la pelea por jugar las WTA Finals de noviembre, donde estarán las ocho mejores del año.
Con 23 años, la española afronta el partido más importante de su aún incipiente carrera. Se medirá a Viktoria Azarenka en un duelo que hasta hace poco parecía inalcanzable y al que llega por pura constancia. «Siempre soñé con estar en una final así», aseguraba una sonriente Badosa poco después de sellar la clasificación. «Creo que he mejorado mucho en mi tenis. Mentalmente me siento con una gran confianza, creo en cada punto. Estoy trabajando muy duro y pienso que el progreso es general. Mi nivel está subiendo y por eso estoy en una final y jugando ante las mejores del mundo».
Badosa se convierte en la segunda española en alcanzar la final de Indian Wells, 25 años después de que lo consiguiera Conchita Martínez, quien por dos ocasiones se quedó a las puertas de ganar este torneo: 1992 (derrotada por Monica Seles) y 1996 (superada por Steffi Graf).
Choque inédito
Será el primer duelo entre Azarenka y Badosa. Nunca han coincidido en la pista, incluidos entrenamientos, por lo que para la española será muy importante interpretar cuanto antes los golpes y el ritmo de su rival. Será, también, un choque generacional entre una tenista emergente, como es la española, y una veterana curtida, exnúmero uno mundial, dos veces campeona en Indian Wells y poseedora de dos Grand Slam (Australia 2012 y 2013): «Sé cómo está compitiendo, es muy intensa y muy dura sobre la cancha. Siempre pelea hasta la última bola». Para Azarenka también es un partido histórico, pues tiene ante sí la opción de ser la única con tres entorchados en el desierto californiano.
Badosa comenzó el año instalada en el número 70 del ranking y se dispone a terminarlo merodeando el 'top ten' mundial. Entre medias ganó su primer título (Belgrado) y alcanzó tres semifinales más: Lyon, Charleston y Mutua Madrid Open. La catalana nacida en Nueva York ha comenzado a recoger, al fin, las recompensas a tanto sacrificio. Y lo más importante, empieza a olvidar aquella depresión que casi le hace abandonar en el invierno de 2018. «Cuando logro algo así, lo primero que me viene a la cabeza es eso, los momentos difíciles, cuando nunca creí que podría estar en una final, o luchando contra leyendas», admitía.
