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El Metropolitano se le atraganta al Atlético

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Las ausencias de Koke y Lemar abrieron la puerta de la titularidad a De Paul, otro fichaje al que le está costando adaptarse a la exigencia de Simeone, que también retocó la banda izquierda con Lodi y renovó el ataque con una nueva pareja de baile. El técnico sentó en el banquillo a Luis Suárez y Antoine Griezmann, tras su estreno la pasada jornada en Cornellá, repitió en el once inicial junto a Correa. El argentino volvió a actuar como segundo punta, la posición en la que más cómodo se siente, aunque el máximo goleador del equipo madrileño se mostró tan inofensivo como el resto de sus compañeros en el primer tiempo de un partido en el que los colchoneros, tras su empate ante el Villarreal en su anterior duelo de Liga como local, tampoco fueron capaces de superar al Athletic. Una mala tarde en la que Joao Félix fue expulsado, Marcos Llorente se estrelló contra el palo y los bilbaínos perdonaron dos ocasiones muy claras. El Atlético se atasca en el Metropolitano. Con tres victorias en el alambre frente a Celta (1-2), Elche (1-0) y Espanyol (1-2), el conjunto de Simeone no había terminado de encontrarse en el inicio de campeonato a pesar de haber cedido solo un empate en las cuatro primeras jornadas. Este sábado tampoco ha conseguido recuperar sensaciones. El Athletic, una década sin ganar en territorio colchonero, aparecía como otro bloque de hormigón en el camino del Cholo y su ejército, que han acabado marchándose sin conseguir marcar. La rocosa defensa vasca, que se presentaba en el Metropolitano con un solo gol en contra, auguraba una tarde de nervios y sufrimiento en las gradas del Metropolitano. Y la previsión se cumplió porque fue un partido áspero en el que ambos equipos picaron mucha piedra. Un duelo físico en el que Oblak y Unai Simón acabaron el primer acto como espectadores, ni un disparo entre los tres palos. El dato fue la mejor fotografía de lo que sucedió antes del paso por los vestuarios. Los colchoneros repitieron errores del pasado más reciente y volvieron a mostrar falta de ideas en algunas fases, otra vez una versión gris carente de brillo. Tras el descanso, ambos rivales ofrecieron más. Cuando firmó en 2014 para iniciar su primera aventura en el Atlético de Madrid, a Antoine Griezmann le costó acoplarse a lo que le pedía Simeone y tardó varios meses en conseguir explotar. Espera a la que puso fin en diciembre de aquel año rindiendo al Athletic en San Mamés con su primer triplete como colchonero. Ante un rival que le inspiraba, el francés, que tuvo menos contestación de la grada que en duelo ante el Oporto al ser anunciado su nombre por megafonía, mostró hoy mucha más prisa por agradar y en apenas 57 segundos generó la primera ocasión al rematar junto al palo un pase de Marcos Llorente. La aportación ofensiva del galo en el primer acto nació y murió en esa jugada, poco más de él. En el minuto 55 terminó en el banco. El equipo madrileño salió decidido como Griezmann en busca del gol, con Kondogbia omnipresente en ataque, pero también cuando tocaba proteger a Oblak. Sin embargo, los bilbaínos, aprovechando la velocidad de Iñaki Williams, la presión alta y el juego por bandas, no tardaron en anunciar que venían a plantar batalla. Partido intenso, con ritmo, muy físico y sin ocasiones antes del descanso, en el que los visitantes fueron ganado presencia cuando empezaron a hacerse dueños del dominio del balón. La salida efervescente del Atlético fue diluida por el planteamiento de Marcelino. Raúl García volvió a ser recibido con ovación por su antigua hinchada y el Athletic, muy bien plantado, desconectó a los de Simeone exhibiendo la solidez que le permitió plantarse en el Metropolitano invicto e igualado a puntos con el Atlético. Sin derrotas acabaron marchándose los vascos, que ofrecieron una buena imagen. Cambio del guion Un cabezazo de Correa a pase de Lodi en el inicio del segundo tiempo pareció la señal de que el Atlético saltaba con la intención de cambiar el guion, pero la ocasión del partido llegó instantes después cuando Iñaki Williams perdonó un mano a mano ante Oblak. Una jugada en la que el delantero, siempre veloz, volvió a mostrar sus carencias a la hora de definir. Increíble que no marcara. El fallo de Williams, sustituido poco después, y los cambios de Simeone agitaron al Atlético, con Carrasco, con la ayuda de Joao Félix, como taladro por la izquierda de su ataque. Pero los bilbaínos no se arrugaron y no renunciaron a buscar la portería de Oblak. Con el partido libre ya de rigidez táctica y con el cansancio haciendo mella, Marcos Llorente, con un lanzamiento desdeel vértice del área, se estrelló en el palo en la mejor ocasión local. La expulsión de Joao Félix por un manotazo a Vencedor y un feo gesto del portugués a Gil Manzano dejó a su equipo en inferioridad en la recta final de un encuentro que se fue calentando. y en el que Villalibre, ya en la prolongación, perdonó solo ante Oblak. Final con empate y bronca porque Gil Manzano señaló el camino de los vestuarios cuando Carrasco se marchaba solo hacia la portería de Unai Simón.
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