Así es el Chelsea, el rival del Real Madrid en semifinales

Si en enero alguien hubiera apostado a que una de las semifinales de la Champions sería Real Madrid - Chelsea, se le habría considerado un loco o un inconsciente. A principios de año, los de Zidane eran eliminados de la Copa por un equipo de Segunda B, estaban a diez puntos en Liga del liderato, y en Europa habían logrado clasificarse en la última jornada de manera agónica. No le iba mucho mejor a los ingleses. Octavos en la Premier -a nueve puntos de puestos de Champions y sin ninguna opción de pelear por el título-, eliminados de la Copa de la Liga, con un cruce muy complicado en Europa contra el Atlético, y con una situación interna en el vestuario de máxima tensión. Lo que se presuponía una medida inligente, colocar en el banquillo a Lampard, se convirtió en todo lo contrario. Y Abrahamovic no lo dudó. Cero sentimentalismos. El 25 de enero mandaba al paro a la leyenda blue y fichaba a Tuchel, recién despedido en el PSG. El cambio era atrevido, pero la jugada le ha salido bien, de momento, al propietario del Chelsea. Los londinenses son quintos en la Premier y están a un solo punto de puestos Champions, se han clasificado para las semifinales de la Copa inglesa y, lo más impactante, han alcanzado la penúltima ronda de la Champions tras dejar en el camino al Atlético y al Oporto. ¿Cómo ha sido posible este cambio tan radical? El Chelsea fue el club que más dinero se gastó el verano pasado. 247 millones en jugadores de renombre como Havertz, Ziyech, Werner, Chilwell o Thiago Silv a, pero pasaban las semanas y los meses y el ambicioso proyecto no lograba arrancar. Lampard no daba con la tecla y el equipo no jugaba bien al fútbol. Tampoco es que con Tuchel se haya elevado demasiado el listón, pero sí se ha conseguido que el colectivo primer sobre las individualidades. Un primer paso que ha generado seguridad defensiva y, consecuentemente, mejores resultados. Los datos hablan por sí solos. En los 18 partidos de Tuchel -12 de Premier, 4 de Champions y 2 de Copa inglesa- el Chelsea ha encajado nueve goles, y cinco de ellos fueron en un mismo partido. En 13 de estos 18 encuentros la portería quedó a cero, y esto en torneos de eliminatorias es clave. Cambio de sistema con Tuchel Tuchel ha implantado un 3-5-2, con dos carrileros largos. James y Chilwell son sus titulares pero Hudson-Odoi y Marcos Alonso también están contando con la confianza del germano. Un sistema que ha mejorado las prestaciones del 4-3-3 de Lampard. Azpilicueta, Rudiger y Thiago Silva son fijos en la línea defensiva, con Mendy también inamovible en la portería. Kepa, ni con Lampard ni con Tuchel. En el centro del campo, Kovacic y Jorginho son también indiscutibles, pero si Tuchel considera que la eliminatoria contra los blancos demanda más musculo, Kanté puede dejar en el banco al exmadridista. Arriba es donde más balas tiene el técnico germano. En la zona de enganche, Mason Mount es fijo, y Werner y Pulisic alternan titularidades, como ha ocurrido en la eliminatoria de cuartos contra el Oporto. De nueve, Tuchel tiene experiencia y juventud. Giroud y Abraham son dos arietes de garantías, pero ninguno de ellos está jugando de partida. El alemán prefiere utilizar a Havertz de falso nueve. Pierde remate, pero gana en asociación y talento. A este Chelsea, tan distinto al de Lampard, le gusta poblar el centro del campo y tener el protagonismo con el balón. Kovacic, Jorginho, Pulisic y Mount son futbolistas de buen pie y no les quema el esférico, pero si el partido demanda bloque bajo y contragolpe, también lo saben hacer a la perfección. James y Chilwell son dos balas en las bandas y tiene buen golpeo de balón, aunque eso genera también espacios a su espalda. Ese hándicap y la poca velocidad de los tres centrales son las mayores debilidades de los ingleses. Un Chelsea que tiene la personalidad y valentía que en muchas ocasiones les faltaba con Lampard. A priori, parece un rival más sencillo que el Liverpool, pero es más fiero de lo que parece y el Real Madrid tiene por delante una semifinal de Champions muy complicada.