El Granada tendrá que lograr una machada en Old Trafford si quiere estar en las semifinales de la Europa League. En un partido plano por ambos bandos, dos jugadas aisladas de los ingleses dejan la eliminatoria en bandeja al United.
El partido comenzó con el Granada pisando el área rival a los 15 segundos del encuentro, signo inequívoco de la valentía con las que los de Diego Martínez afrontaban la eliminatoria. Ya avisó el técnico rojiblanco en la previa que harían todo lo que estuviera en su mano para competirle de tú a tú al United, y con esa actitud saltaron al nuevo Los Cármenes.
El Granada quería el balón y el protagonismo del partido, pero no encontraba el fútbol necesario para dañar la portería de De Gea. Mientras, el United dejaba pasar los minutos sabedor que su calidad podría ser determinante en el transcurrir del partido. Y así fue. Su primer tiro a puerta acabó en la red de Rui Silva. Hasta el minuto 31 los de Solksjaer no habían intimidado el marco andaluz, pero no le hizo falta. Un balón largo de 40 metros de Lindelof lo aprovechó Rashford, más rápido que Duarte y Vallejo, para quedarse mano a mano ante Rui Silva y superarle con un golpeo con la puntera de su bota derecha.
Palo de Yangel
El 0-1 le quitó los grilletes al Granada, que tuvo sus mejores minutos tras el tanto del ariete inglés. Un remate al palo de Yangel y un disparo desviado de Soldado pudieron igualar la contienda antes del descanso. No fue así, pero las sensaciones, a pesar del 0-1 momentáneo, no eran negativas.
La tónica en la segunda mitad no varió demasiado. El United no se metía en demasiados problemas y parecía dar por bueno el resultado, y el Granada seguía bien posicionado, pero sin generar demasiado temor en el área inglesa. Las jugadas de estrategia era lo más inquietante a favor de los locales, pero el poderío aéreo de los de Soljskaer amansaba todas las acciones a balón parado del Granada.
Los cambios de Diego Martínez tampoco lograron darle a los rojiblancos ese punto de mordiente arriba que hiciera dudar a la defensa del United, y los ingleses dejaron la eliminatoria casi sentenciada en el minuto noventa. Un innecesario manotazo de Eteki le regaló un penalti a los ingleses, y Bruno Fernandes no lo desaprovechó. Mazazo final que obliga a un milagro.
