Joan Laporta sigue dándole forma a su proyecto tras tomar posesión del cargo después de haber ganado ampliamente las elecciones. El presidente ha fichado a Ferran López como jefe de seguridad del club catalán. Hay que recordar que López es comisario de los Mossos d'Esquadra y fue mano derecha del mayor Josep Lluis Trapero. De hecho dirigió a la policía autonómica durante la etapa del 155 y ahora volvía a ser el segundo de a bordo de Trapero. El comisario se incorporará en las próximas semanas a la dinámica del club y será el encargado de diseñar todos los protocolos de seguridad de la entidad, así como los dispositivos en el Camp Nou.
López ingresó en los Mossos en 1990 y durante más de treinta años ha ido escalando puestos de responsabilidad hasta ganarse la confianza de Trapero, sustituyéndolo durante el tiempo en el que el mayor estuvo destituido y que coincidió con la etapa en la que se impuso en Cataluña el artículo 155 de la Constitución española, un artículo que dota al Estado de un mecanismo coactivo para obligar a las comunidades autónomas que incumplan las obligaciones impuestas por la Constitución u otras leyes, o que atenten gravemente contra el interés general de España, al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o a la protección del mencionado interés general. López se ganó la reprobación del independentismo catalán, que no comulgaba con su forma de dirigir el cuerpo de policía.
Estas críticas llevaron a López a dejar su cargo como responsable de los Mossos en junio de 2018, cuando Miquel Buch fue nombrado consejero de Interior. Según asegura la agencia Efe, de fuentes cercanas a la Generalitat, el comisario fue clave al aceptar el encargo de relevar a Trapero, ya que así evitó que la jefatura de los Mossos d'Esquadra quedara durante el 155 en manos ajenas a la policía autonómica. No menos importante fue su rol durante el juicio al que fue sometido su superior, ya que certificó su versión ante el Tribunal Supremo y la Audiencia Nacional, contribuyendo a su absolución y restitución en el cargo. En ella aseguró que la policía autonómica solicitó al expresidente Carles Puigdemont que desconvocara el referéndum ilegal del 1 de octubre y le dejaron claro que siempre acatarían la Constitución. Además, corroboró que habían diseñado un dispositivo para detener al Govern tras la declaración unilateral de independencia.
Diplomado en Ciencias de la Educación y con un posgrado en dirección y gestión de la seguridad pública, López fue progresando en la policía catalana. Incluso fue uno de los nombres que se barajaron para asumir la jefatura en 2013, aunque fue finalmente Trapero el escogido. Fue éste el que delegó en López para que asistiera a las reuniones de coordinación del dispositivo policial para impedir la votación del 1 de octubre, que estaban dirigidas por el alto cargo del ministerio de Interior Diego Pérez de los Cobos. López también fue uno de los mandos encargados de la gestión del movimiento de indignados 15M, que causó una enorme indignación en la sociedad española por la brutalidad con la que los Mossos d'Esquadra desalojaron Plaza Cataluña de Barcelona. El 23 de febrero de 2018, la jueza de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, le citó como testigo en la causa abierta que por presunto delito de sedición contra Trapero. Tras la absolución de Trapero y su restitución, el 12 de noviembre pasado, al frente de los Mossos d'Esquadra, el mayor volvió a situar como número dos del cuerpo a López.
