El partido dejó un baile del Madrid sobre el verde y otro en los banquillos. Zidane pasó por encima de Klopp, castigando la debilidad defensiva de los ingleses y apostando por un Vinicius en plan estrella del rock: «La gente de fuera habla y yo sigo trabajando. Estos dos goles me dan la fuerza que necesito para llegar al momento importante y hacer los tantos que necesitamos», explicó el brasileño nada más acabar el partido, para él en el minuto 80 sin un gramo de energía más: «¿Del 0 al 10 cómo ha terminado de cansado? 10. Creo que es bueno salir cansado. Eso quiere decir que lo he dado todo por esta camiseta». «Es un jugador muy valiente, que tiene mucha personalidad y que se merecía un partido como este. Hoy ha marcado dos goles de futbolista de área. Trabaja mucho para ser el futbolista importante que deseamos que sea en el Real Madrid.», reflexionó Butragueño.
Zidane, muy cariñoso con el brasileño tras salir del campo en lugar de Rodrygo, también le felicitó de manera pública: «Me alegro porque él necesitaba marcar como Marco o Karim. Está jugando bien, está ayudando al equipo y cuando mete un gol le da más energía».
El técnico blanco, siempre receloso de mostrar sus cartas antes del encuentro, reveló que la idea era la que luego se vio sobre el verde. Olvidarse del 5-3-2 y volver al 4-3-3: «No hemos cambiado nada tras el positivo de Varane. Solo Militao por Varane, pero el plan era jugar con el sistema que lo hicimos. Había algo por ahí, en la espalda de sus laterales. Ellos son jugadores muy ofensivos y nos ha salido bien en ese sentido. Con la calidad que tenemos con Toni en el pase y Vini con su velocidad», argumentó Zidane.
El Di Stéfano y Anfield
Las explicaciones de Klopp fueron por otro derrotero. Reconoció la superioridad del Madrid y no puso en duda la justicia del resultado, pero se mostró muy enfadado con su compatriota Felix Brych: «Parecía que el árbitro tenía algo personal contra mí. He ido a decirle que no me puede tratar así, que no estaba siendo justo», desveló el técnico inglés. Klopp, que ya tuvo varios encontronazos con el asistente pegado a la banda donde estaba su banquillo, y acabó el partido dirigiéndose hasta el centro del campo para mantener una acalorada charla con el colegiado germano. El 3-1 lo acabó pagando un Felix Brych que puso el listón de las faltas muy alto, lo que enojó en demasiadas ocasiones a Klopp.
No fue el único enfado del entrenador alemán. Jurgen, quemado con el colegiado, también fue irrespetuoso antes del partido al criticar el Di Stéfano como la sede de un encuentro de esta envergadura, incidió en su crítica tras la derrota: «Esta noche fue extraño jugar en este estadio, pero Anfield es al menos un campo adecuado, y eso es bueno para nosotros».
