El Movistar Inter saltó a la pista del madrileño WiZink Center convencido de que tenía que llevar la iniciativa en la final de la Copa de España de futbol sala ante el Barcelona. El equipo que dirige Faustino Pérez-Moreno, más conocido como Tino Pérez, veía el partido, además de como una oportunidad para sumar un nuevo título al extenso palmarés del club, como la ocasión definitiva para probar que pese a los numerosos cambios que hizo en su plantilla este verano, sigue siendo favorito en cada torneo. No obstante, es el vigente campeón de liga.
Sin embargo, enfrente tenía a la plantilla más espectacular de España y quizás de Europa, defensora del título continental, por lo que no resultó extraño que fuera el Barcelona el encargado de abrir el marcador en el minuto cuatro con una genial acción de espaldas a portería del brasileño Ximbinha.
El gol no trastocó demasiado los planes del equipo madrileño, pero una serie de acciones embarulladas y faltas no pitadas por los árbitros sacaron a los interistas del partido. Desde la grada se veía con claridad que Movistar Inter se estaba yendo del partido y Tino Pérez lo detectó de inmediato. Lo intentó corregir con un par de gritos a algún jugador dentro del 40x20 y con instrucciones directas a los que se encontraban a su lado en el banquillo. Pero viendo que no surtían efecto, decidió emplear su tiempo muerto del primer acto muy pronto, cuando solo habían transcurrido siete minutos.
Esto no suele ser lo habitual pero el técnico toledano lo tenía muy claro y así se lo transmitió a los suyos visiblemente enfadado: «Siete minutos y lo único que he hecho es hablar de los árbitros y pedir cosas, cuando todavía no he empezado ni a correr, no he hecho nada. Toco a cuatro metros y a seis metros... ¡Dejad de pedir! ¡Y lo que tengo que hacer es correr y recuperarme! Dos y tres toques y darle movilidad, donde sea. Busco diagonales, profundas, y me to balón. Vamos a darle y a hacerles correr, porque ahora solo jugamos a lo que ellos quieren y a protestar. ¡Vamos, adentro!». En apenas un minuto de charla, el entrenador de Movistar Inter corrigió la actitud de los suyos, demasiado centrada en los árbitros, y les dio dos o tres claves de juego para volver a mandar en el choque.<blockquote class="twitter-tweet"><p lang="es" dir="ltr">Para muchos la clave de la <a href="https://twitter.com/hashtag/CopaDeEspanaFutsal?src=hash&ref_src=twsrc%5Etfw">#CopaDeEspanaFutsal</a> está en este TM de <a href="https://twitter.com/PREZTINO?ref_src=twsrc%5Etfw">@PREZTINO</a>.<br><br>1. Tono de voz muy ALTO para llamar la atención.<br><br>2. El porqué (actitud) del tono de voz.<br><br>3. En cuanto les ha situado, inicia las correcciones TÁCTICAS .<a href="https://t.co/uhxJATzbcK">pic.twitter.com/uhxJATzbcK</a></p>— Gabriel Izcue (@izcuefutsal) <a href="https://twitter.com/izcuefutsal/status/1376285830856245248?ref_src=twsrc%5Etfw">March 28, 2021</a></blockquote> <script async src="https://platform.twitter.com/widgets.js" charset="utf-8"></script>
Cuando la bocina sonó tras los cuarenta minutos de juego y el marcador reflejaba un contundente 6-1, muchas eran las jugadas o situaciones que podían analizarse como claves del repaso interista al Barça. Desde los goles de Eric Martel y Borja o las paradas de Jesús Herrero a la expulsión de Marcenio. Pero lo que sin duda alguna cambió el destino del choque fue este tiempo muerto de Tino Pérez.
Inter se iba del partido por segundos y el Barça estaba con el comillo afilado, listo para aprovechar cualquier error y aumentar su ventaja en el marcador. Pero tras la bronca en el banquillo los que saltaron a la pista como lobos fueron los madrileños, que antes del descanso ya la habían dado la vuelta al resultado.
Tino Pérez se saca la espina de la Copa
Salió bien como pudo salir mal, pues un tiempo muerto tampoco es un revulsivo mágico que pueda cambiar siempre la inercia de un partido, pero en esta ocasión es indiscutible que Tino Pérez acertó de pleno con su mensaje. El premio para el toledano fue conquistar su primera final de la Copa de España después de perder las cuatro anteriores que había disputado. Un título más para un currículum de lujo, con éxitos en España, Italia, Azerbaiyán y en la Copa de Europa, y al que ya el pasado curso añadió la liga con Movistar Inter cuando nadie creía en el equipo madrileño, lastrado por las bajas del brasileño Gadeia o el mago Ricardinho.
