Salvar al soldado Lucas
Se perdió la última copa, que era la primera, y pasó a ser un chisguete que se le cede al Barcelona de Pedri, Riqui y Mingueza. Esa ronda de chupitos a cuenta de la Federación, que es un chiringuito de tres patas: Rubiales, con su aspecto de galán de cine serbio; Molina, con su aspecto de madero de «Los hombres de Paco»; y Luis Enrique, con su aspecto de cascanueces que ha sobrevivido al codo de Mauro Tassotti. La Supercopa era su Eurovegas, contando con un Real Madrid-Barcelona en la final, y en esto llegó Raúl García y mandó a parar.
Raúl García tuvo su cuarto de hora de fama (el cuarto de hora que Andy Warhol prometió para esta vida... Ver Más