Avanza el Giro y hay apellidos que se imponen por visibilidad. Es el caso de Arnaud Demare, francés de 29 años, campeón de su país, esprinter cualificado pero no dominante, que en Matera, al sur de Italia, grabó su nombre en la sexta etapa. Lleva dos en seis días. La carrera gravita en torno a Peter Sagan, el triple campeón del mundo, el mejor pagado del pelotón (seis millones anuales), que no consigue un triunfo pese a su empeño diario. Y descubre a portentos como Filippo Ganna, una suerte de Hércules que sube como Induráin y abruma en las contrarrelojes. En ese universo rosa también avanza, medio invisible, un ciclista español que acaricia la maglia rosa. Es Pello Bilbao, vizcaíno de Guernica, que está a 43 segundos del líder, el portugués Joao Almeida en un Giro que se cotiza barato por la ausencia de figuras.
A la espera de que la montaña decrete otra realidad, asome la nariz de algún favorito y el Ineos compruebe si no fue una charlotada descolgar a Filippo Ganna para ayudar a Geraint Thomas el día del Etna (perdió quince minutos), el Giro discute cuestiones secundarias. Está pendiente del tiempo, del otoño y las nieves que pueden sepultar los puertos de más de 2.000 metros, el Agnello, el Stelvio, Sestrieres.
Pendiente de sus piernas castigadas en el Tour está Pello Bilbao (30 años), quien protegió a Mikel Landa como último escudero en las montañas francesas hace unas semanas. La temporada es singular por el coronavirus y Bilbao hace doblete Tour-Giro con apenas dos semanas de recuperación, cuando usualmente son tres o cuatro. Por ahí viene su duda.
«No me puedo quejar viniendo del Tour, solo hice entrenamientos de recuperación porque necesitaba restablecer la frescura», contó en RNE.
Pello Bilbao es hijo de la inagotable cantera vasca. Criado en el Euskaltel, el equipo desaparecido en 2013 que daba salida a los amateur regionales, ha construido una trayectoria regular, carente de altibajos. Siempre en progresión, pero siempre en un segundo plano, alejado de los focos de la popularidad.
Sus victorias parciales de cada temporada (Castilla y León, Turquía, los Alpes, Dauphiné...) encontraron refrendo en el Giro de 2019. Ganó dos etapas de montaña como buen escalador que es, pero en la sala de prensa del Giro no le conocía nadie. Su nombre no sonaba.
Reciente campeón de España contrarreloj, Pello Bilbao se ha presentado en el Giro sin ataduras de gregario. No está Landa y dispone de libertad. «Estoy contento porque me veo delante, no sé lo que voy a durar en la pelea, pero de momento las sensaciones acompañan y el equipo siempre está atento conmigo».
En 2018 fue sexto en la general del Giro, en 2019 se llevó dos etapas. Lo lógico es pensar en un podio en 2020 toda vez que la nómina de favoritos se ha aligerado sin Thomas y «Supermán» López, y muy descolgado Filippo Ganna. «Si no hubiera corrido el Tour, diría que el objetivo lógico sería pelear por el podio. Esto no se ha hecho antes y es difícil saber si me beneficia o me perjudica».
