La noche más horrible en la carrera de Varane

Hay días que es mejor no levantarse de la cama y ayer fue uno de ellos en la carrera deportiva de Varane. El francés estaba destinado a liderar la zaga del Real Madrid en una noche tan especial ante la baja de Sergio Ramos, sancionado por la expulsión de la ida. El francés tenía la obligación de hacerse grande y de hacerle el partido más sencillo a Militao, el sustituto del capitán y un central aún algo verde para lo que demanda todo un Real Madrid. Inesperadamente, los focos señalaron a Varane, clave con dos errores en la eliminación de los de Zidane. El Madrid jugó sus peores minutos y tomó las decisiones más inoportunas anoche en el Etihad cuando quiso ser más Guardiola que el propio Guardiola. Su insistencia por sacar el balón jugado desde área propia ante la insistente presión del City era jugar a la ruleta rusa una y otra vez, y alimentar una desconfianza que acabó pagando muy cara. Ni siquiera necesitaba el equipo inglés una marca atosigante para poner nerviosos a Varane y Militao. Tampoco a Casemiro, Kroos ni Modric, lejos todos ellos del nivel mostrado en los once partidos de Liga tras la pandemia. Con poco, con muy poco, la salida de balón del Madrid ante la insistente presión del City en área rival le generaba las mejores ocasiones a los ingleses. Paradójico que un equipo de Guardiola provocara peligro del inocente error rival y no del juego propio. Si la Champions son detalles, anoche el Madrid no cuidó ninguno en defensa y así es imposible en Europa. Varane suma nueve temporadas en el Real Madrid y los diez millones de euros que invirtió el equipo blanco en su contratación, gracias al clínico ojo de Zidane, han salido bien baratos, pero actuaciones como las de ayer dan la razón a los que piensan que sin Ramos es un central más. Cayó el Madrid en el Etihad y lo hizo con dos goles en contra de prebenjamín. El primero, regalando el balón en área propia a Gabriel Jesús cuando ni siquiera la presión del brasileño hacía cosquillas. El segundo, cediendo un balón a Courtois con la cabeza que quedó a medio camino y que Gabriel Jesús solo tuvo que golpear suave a la red con Thibaut vendido. Se sabía de antemano que la baja de Ramos pesaban tanto o más que el 1-2 de la ida, pero lo que nunca imaginó el madridismo es que el capitán tuviera que chillar y silbar más que nunca desde su ubicación en la grada para levantar el ánimo de un Varane nefasto. Rodrygo, notable El k.o. continental del Real Madrid pocas noticias buenas puede dejar al vigente campeón de Liga, pero, pensando en el futuro se puede sacar alguna lectura positiva. Otra vez enorme Courtois, con paradas decisivas que mantuvieron a su equipo en el partido hasta la segunda pifia de Varane. Notable también Rodrygo, la gran sorpresa en el once de Zidane. El brasileño ha vivido una montaña rusa de emociones en su primer curso de blanco, en la que incluso ha llegado a jugar con el Castilla. Anoche, asistió en el gol de Benzema y provocó el mayor peligro del Madrid en los pocos balones que recibió. La eliminación no puede tapar que tiene ahí el club blanco jugador de trazo grueso para años.