Deporte
Añadir Noticia
Noticias

Saúl Craviotto: «No me gusta escuchar que soy un héroe, solo estoy haciendo mi trabajo»

0 6
Saúl Craviotto (Lérida, 1984) es un tipo humilde, cuya voz suena siempre tranquila. Alejado de la fama que le persigue desde que sumó su cuarta medalla olímpica en Río 2016 y ganó «MasterChef», el piragüista huye de los focos estos días, empeñado en que su labor como policía pase lo más desapercibida posible. El catalán quiere ser uno más de los cientos de españoles que contribuyen a solucionar la crisis del coronavirus, sin colgarse medallas. Bonita paradoja para el olímpico en activo más laureado del país, que sueña con poder ir de nuevo a unos Juegos y ampliar ese palmarés. El deportista atiende a ABC desde su casa de Gijón, donde se encuentra confinado con su familia a la espera de que remita la pandemia. -¿Cuánto le ha cambiado la vida en los últimos meses? -Pues mucho, la verdad. Si echamos la vista atrás y me hubieran preguntado hace dos meses cómo íbamos a estar ahora no lo hubiera creído. Parece que estamos en una película de terror. Es algo tan extraño como inesperado y no queda otra que adaptarse y esperar que pase lo antes posible. -¿Le ha golpeado de cerca la enfermedad? -A todos nos ha golpeado de alguna manera, porque es imposible que no sea así. Yo, por suerte, dentro de mi familia no he tenido ningún caso grave, pero sí que mi entrenador ha perdido a su padre y ha sido un mazazo para todos. -¿Son esos casos cercanos los que reflejan la magnitud de la tragedia? -Sí, por supuesto. Quizá al principio, con los primeros casos, lo veíamos como algo lejano, pero poco a poco hemos ido viendo que es algo que tenemos a nuestro alrededor. Algo mucho más duro de lo que pudimos pensar. -¿A quién tiene ganas de abrazar? -Pues a mi familia. A mis padres y mis hermanas. A mis sobrinos que están en Lérida... Llevo meses sin verlos a todos y parece que van a pasar algunos más hasta que podamos ir allí en coche. Intentamos estar en contacto, con videollamadas, y es un pequeño alivio. -¿Valora más ahora las pequeñas cosas? -Sí. Cuando te vienen situaciones complicadas es cuando te das más cuenta de eso y esta es quizá una de las más difíciles que vamos a vivir nunca. A veces estamos cegados por tonterías y son estos palos los que te hacen abrir los ojos. También ayuda mucho viajar, como he hecho yo en los últimos años visitando países como Mozambique, Madagascar, Zambia... Es allí donde te das cuenta de que lo tenemos todo y que no lo valoramos. Algo tan simple como salir a pasear o respirar aire puro en la naturaleza son placeres que antes apenas nos importaban y por los que ahora suspiramos. -Ha pasado de estar 24 horas pensando en la piragua a dejarla aparcada... -Bueno, la piragua sí, pero de entrenar no he parado ni un solo día. Por las tardes siempre echo un par de horas subido en el simulador y haciendo mantenimiento, porque, aunque no sea lo prioritario ahora, no se puede dejar de lado. -¿Y recuerda la última vez que estuvo tanto tiempo sin entrar al agua? -Nunca. Desde que empecé a dedicarme a esto nunca había estado dos meses sin meterme al agua con la piragua. Lo máximo, el típico mes de vacaciones, y ni eso, porque siempre hay algún día que terminas cayendo a la tentación y terminas yendo al agua. -¿Y qué sensación le deja llevar así tanto tiempo? -Pues mire, justo hoy estaba viendo una serie con mi mujer y ha salido un pantano en la televisión y me entraban unas ganas locas de subirme a la piragua y entrar al agua. Es una mezcla de ansiedad y nostalgia. Pero también de alegría. Echo de menos la sensación de navegar, porque el piragüismo es mi pasión. Lo echo mucho de menos. -Estos días ha estado patrullando de nuevo como policía. ¿Qué sentimiento ha visto en las calles? -Se ve cierta tristeza en el ambiente, sobre todo en las primeras semanas, pero con lo que me quedo es con que la gente está muy mentalizada con la situación. La mayoría se está portando genial, quitando casos puntuales, que los hay como en todos los sitios. Como policía, estos días, he visto a la gente muy solidaria y muy preocupada con la situación. -¿Y por qué llega un día que levanta el teléfono para hablar con su jefe y decirle que quiere volver a patrullar? -Cualquiera lo hubiera hecho. Yo soy policía y ese es mi trabajo. No es un acto heroico ni nada parecido. No me gusta cuando escucho que soy un héroe, porque solo estoy haciendo mi trabajo, igual que el suyo es el de periodista o que hay médicos que van estos días al hospital. Al suspenderse los Juegos y viendo la situación como estaba, simplemente llamé a mi jefe para decirle que me incorporaba con mis compañeros para echar una mano. Me parecía lo más normal y para nada lo veo como un acto heroico como han intentado vender algunos medios. -¿Es de los de aplauso sanitario a las ocho de la tarde? -Si puedo y estoy en casa, sí. Aplaudo por los médicos, enfermeros y demás sanitarios, pero también por mis compañeros que están en contacto diario con el virus y por los servicios de limpieza y toda la gente que está arrimando el hombro para acabar con esta enfermedad. Para todos está siendo complicado. -Estos días en casa, ¿cómo lo lleva? -Pues muy bien. Por mi trabajo, me paso buena parte del día fuera de casa y no siento el agobio de estar encerrado entre cuatro paredes. El tiempo que paso encerrado, tengo mi rutina hecha y eso me ayuda. Cuando llego a casa, voy directo a la ducha y, después de comer y descansar un poco, entreno dos o tres horas. Luego paso un poco de tiempo con las niñas y cuando me quiero dar cuenta estoy ya en la cama y comienza un nuevo día. Se me pasan los días volando. Lo estoy llevando bien dentro de la preocupación que tenemos todos. -¿Pasar tiempo con la familia es el gran regalo que está dejando esta enfermedad? -Si hay que buscarle un aspecto positivo a esta situación tan trágica sería ese. Normalmente tengo muchos viajes y concentraciones y apenas paso tiempo en casa. No podía ver mucho a mis dos hijas y ahora estoy mucho con ellas. Para mí está siendo algo nuevo y lo estoy disfrutando muchísimo. -Entre su mujer Celia -instagramer en de nutrición y cocina- y usted -ganador de «MasterChef»-, lo de la comida no es un problema estos días... -(Se ríe). La verdad es que no. Ahora mismo estaba preparando un brownie para el día de la madre y me paso todo el día cocinando. Estoy en plan cocinillas, me ha entrado otra vez el gusanillo, sobre todo porque tengo más tiempo libre. -¿Y lo nota en la báscula? -¡Claro! Como todos los españoles... (bromea). La báscula la he escondido hasta que pase todo esto, porque no me quiero asustar... Tener la nevera al lado durante tanto tiempo hace inevitable acabar pecando. -¿Y le da le da tiempo a pensar en los Juegos? -Es mi próximo sueño. Pienso en ello todos los días. Poco, porque ahora mismo tengo otras prioridades, pero no dejo de pensar en ello. Miro a Tokio de refilón. Es para lo que llevo entrenando cuatro años y voy a pelear por estar allí. -¿Cree que en España se ha tardado en abrir la mano con los deportistas para que pudieran entrenar? -Pues no lo sé. No sé valorarlo, porque no tengo los mismos datos que hayan tenido los expertos que han gestionado esto. Supongo que habrán tomado la decisión que ellos pensaban que era más correcta y yo lo único que hago es amoldarme a lo que me dicen. Si lo Juegos fueran en diciembre, le diría que íbamos muy tarde, pero siendo el año que viene, intentaremos hacer lo posible para llegar bien. -¿Se notará este parón de dos meses en los deportistas? -A ver, la constancia es muy importante en un deportista, pero yo hablo con muchos estos días (Lydia Valentín, Mireia Belmonte, Damián Quintero) y todos estamos entrenando. Haciendo lo que podemos en casa, que no tiene nada que ver con lo que hacíamos normalmente, pero nadie está relajado y eso seguro que nos ayuda para llegar a los Juegos con garantías. -¿Y con Mireia ha comentado algo de lo de ser abanderados en esa ceremonia inaugural? -Si ese era un tema que no ocupaba mucho espacio en mi mente hace unos meses, imagínese ahora. Lo veo muy lejano. Primero que haya Juegos, que haya garantías y podamos entrenar y luego que yo saque la plaza. Ya habrá tiempo de ver quién lleva la bandera. Si soy yo, genial y si es otra persona o somos Mireia y yo, pues ya habrá tiempo de decidirlo. -¿Le haría ilusión? -Claro. Mucha más incluso que antes. Es una motivación. Además, si tengo el honor de portar esa bandera finalmente, lo haré como homenaje a todos los que nos han dejado estos días por culpa de la pandemia. Por toda la gente que ha perdido seres queridos y lo está pasando mal. Miraré al cielo y esa mirada irá por ellos. Tengo más ganas de estos Juegos que nunca. Porque creo que si se celebran serán una prueba de que el mundo ha superado la enfermedad. Un símbolo para todos. Esperemos que sea así y que podamos dejarnos todo en el agua para dar, además, una alegría a los españoles.
Загрузка...

Comments

Комментарии для сайта Cackle
Загрузка...

More news:

Read on Sportsweek.org:

Abc.es (deportes)
Abc.es (deportes)
Abc.es (deportes)
Abc.es (deportes)
Abc.es (deportes)

Otros deportes

Sponsored