El CD Lugo volvió a ganar en el Anxo Carro y lo hizo este sábado ante el Huesca (3-2) en un partido marcado por las expulsiones. Primero, con 2-0, del rojiblanco Yanis Rahmani, y, después, con 2-2, del visitante Josué Sá.
Los gallegos firmaron a balón parado (dos saques de esquina y un penalti) la segunda victoria de la temporada, tres puntos que les sacan de los puestos de descenso y que se le complicaron sobremanera en los minutos que estuvo en inferioridad tras el descanso, al que llegó con dos goles de ventaja.
Los dos equipos apostaron por el mismo sistema, un 4-3-3 con el que pretendían llevar la iniciativa en el césped del Anxo Carro, donde los oscenses tuvieron más posesión y los gallegos, la rentabilizaron mejor.
El Lugo, que afrontó la cita desde las posiciones que llevan a Segunda B, necesitaba coger confianza y se la dio un gol tempranero que llegó en un saque de esquina. A los nueve minutos, el central José Carlos recogió el rechazo de Álvaro Fernández tras un primer remate de Yanis Rahmani y desequilibró el choque.
El Huesca trató de levantarse rápido con un pase de Juan Carlos Real que remató Mikel Rico e interceptó Ander Cantero, que se ha asentado en la portería rojiblanca en detrimento de Alberto Varo, titular en las primeras jornadas.
Los aragoneses, en su regreso al campo donde certificaron el ascenso a Primera en 2018, no fueron capaces de hacerle daño al Lugo y un penalti innecesario de Josué Sá señalado a instancias del VAR supuso el segundo tanto rojiblanco, obra de Christian Herrera a ocho minutos para el final del primer periodo.
El castigo para el Huesca pudo ser mayor porque el central ya tenía una tarjeta amarilla, pero el árbitro le perdonó la segunda. Antes del descanso, los de Míchel pudieron meterse en el partido con un gol anulado por fuera de juego.
De vuelta al césped, el Huesca hizo el primer cambio, Cristo González por David Ferreiro, y el rojiblanco Rahmani tardó menos de dos minutos en recibir la segunda amonestación y dejar a su equipo con diez.
En inferioridad, el Lugo se replegó, el Huesca creció y pronto encontró el camino al gol. El japonés Okazaki lo anotó a los nueve minutos al rematar en el segundo palo una asistencia de Miguelón tras un pase filtrado por Mikel Rico.
Los altoaragoneses hicieron un ejercicio de paciencia que tuvo premio a los 64 minutos tras un balón colgado por Pulido y un fallo grosero, en cadena, de la zaga y el portero del Lugo, del que se benefició el único jugador del Huesca que estaba en el área, Miguelón, para marcar a placer.
Si la expulsión de Rahmani le había salido cara al Lugo, la de Josué Sá, a los 69 minutos, también la pagó el Huesca, que encajó el tercero inmediatamente después, en un córner que cabeceó a la escuadra Peybernes, el mejor de su equipo.
Con el nuevo decorado, el Huesca volvió a remar contracorriente y fabricó ocasiones para empatar con un remate centrado de Okazaki a pase de Miguelón, un disparo desde la frontal de Mosquera que atajó Cantero y otro desviado de Sergio Gómez, pero le faltó acierto.
