Había ganas de ver a España, campeona de Europa, estrenarse en el Mundial de Alemania y Dinamarca. Un torneo en el que la selección busca la medalla y algo más: asegurar esa plaza olímpica para soñar en Tokio 2020. Pero a Jordi Ribera le gusta ir paso a paso. Y en el primer peldaño, un gran entrenamiento para poner a tono al grupo.
Un buen estreno para calibrar energías, tácticas y ensayar lo que después, con Croacia, Macedonia y más allá con Alemania y Francia, tendrá que salir a la perfección. Probó Ribera la defensa 5:1 ante una selección rápida en las jugadas, muy incómoda, pero con poco poderío físico. Y España comprobó que hay que ajustar los brazos atrás, aunque sí hubo buenas ideas al ataque y robos de balón con los que volar al gol.
Husain Alsayyad aguantó a Bahréin con su poderoso brazo, pero el encuentro estuvo siempre bajo control. Con gran protagonismo de Álex Dujshebaev y de Ferrán Solé, alas de este grupo para consolidar el relevo. También se estrenó el joven Aleix Gómez. Hay futuro. Y en la grada, un hincha de excepción, Javi Martínez, jugador del Bayern Múnich.
A pesar de unos minutos de atasco en el que aprovechó Bahréin para acortar distancias tras el descanso (15-18), España acabó centrándose, pausando el juego y ampliando la renta y la confianza con vistas a lo que viene. Aunque le costó confirmar la gran superioridad sobre el rival, los últimos diez minutos fueron un buen reflejo de lo que quiere el seleccionador. Ribera, consciente de que España gana cuando juega bien y sufre, apuntó errores y posibilidades para mañana ante Islandia (19.00 h., TDP). Por ahora, tiempo para todos y buen estreno para calentar las piernas y despejarse el siempre incómodo debut de un torneo con un doble premio final. Dos puntos para empezar.
