Como si hubiesen ganado el Mundial de Rusia 2018. Así recibió el pueblo belga a su selección el día después de ganar el partido por el tercer puesto ante Inglaterra (2-0).
En torno a 40.000 personas se arremolinaron en la Grand Place de Bruselas, centro neurálgico de la capital belga, para darle las gracias a los «Red Devils» por un bronce mundialista que pocos esperaban.
Entre los presentes en la plaza, los reyes Philippe y Mathilde de Bélgica se acercaron a felicitar a los futbolistas en persona, acto que precedió a una tremenda fiesta.
Hazard a los platos
El país centroeuropeo es conocido por sus patatas fritas, gofres, chocolate... y por su música electrónica. Tal es el fanatismo que el mismísimo capitán de la selección belga, Eden Hazard, se atrevió a coger la mesa de mezclas y pinchar para sus compatriotas.
Lejos de lo que estamos aquí acostumbrados, Hazard, acompañado de Thibaut Courtois, animó la fiesta con música de Pat B, un reputado productor de «Jumpstyle» belga, o el ya famoso «Freed From Desire», popularizado por Irlanda del Norte durante la Eurocopa 2016.
Lejos de los rumores que le colocan en el Real Madrid tras el mercado de fichajes veraniego, Hazard disfruta de un tercer puesto que pocos países celebrarían así. Los belgas festejan un histórico bronce, su mejor resultado hasta Rusia 2018 era un cuarto puesto en México 86 y un sexto puesto en Brasil 2016.
